?Lima, Perú.- Después de las elecciones del domingo, los peruanos presumen el final. Se los cantó el conteo rápido del domingo en la noche, que suele no fallar, aunque agotarán la semana esperando nuevos resultados para saber si será Keiko Fujimori o Pedro Pablo Kuczynski quien pase el balotage. Lo vislumbraron en las caras de los actores principales. La bronca por estos años de no haber visto repartir el fruto de tanta bonanza económica, los forzó a buscar el único camino posible para manifestar su descontento: El voto. Ese fue mayoritariamente a la casilla de la incógnita por lo más nuevo, que representan Ollanta Humala, y por la nostalgia de un autoritarismo que sigue latente cada vez que se nombra el apellido Fujimori.
Keiko, candidata en nombre de su padre preso y con condena, comenzó las primeras horas de esta semana peleando palmo a palmo con el liberal Pedro Pablo Kuczynski, la posibilidad de pasar a la segunda vuelta, aunque el conteo rápido le otorgó ya el segundo lugar. A medida que se contabilizan los sufragios la diferencia se achica y Keiko ya prepara la campaña para la segunda vuelta. Lo dijeron las autoridades electorales peruanas, como la presidenta del ONPE. “no se fijan tendencias se cuentan votos y los primeros que llegaron son de Lima y alrededores y algunos del extranjero”.
El conteo definitivo puede estar cerca del viernes. Hasta entonces sobrarán las especulaciones pero llegarán de inmediato, y en la semana, las reacciones porque los intentos de alianza no se hicieron esperar. Desde el congresista Javier Diez Canseco hasta el propio Humala ya anunciaron que quieren negociar con el gran derrotado de los comicios peruanos; el expresidente Alejandro Toledo, el gran derrotado el domingo, que puso condiciones para una alianza: Respetar los derechos humanos y crecimiento económico con respeto social”.
“Ahora Humala deberá conseguir los votos de Toledo y de los otros candidatos si quiere ganar”, explica el analista Santiago Pedraglio.
Habrá que esperar los primeros movimientos del presidente Alan García, quien ya hizo bastante en la primera vuelta para que Toledo no pase y parece dispuesto ahora para hacer que uno de los dos finalistas se quede en el camino, como de ciertos reacomodamientos.
La tarea de los asesores brasileños, acercados por el Partido de los Trabajadores (PT) fue más que buena hasta aquí. Humala lució preparado, no se trabó en discusiones estériles como hace cinco años y hasta se calzó un traje y moderó su discurso y su postura. Aún cuando muchos lo sigan viendo aquí como la reencarnación misma de Hugo Chávez. Aunque para muchos aparece como “el mal menor”, la lado de un nuevo miembro de la dinastía Fujimori.
De Brasil podría llegar en el futuro el reaseguro para que, de llegar al poder, Humala no se desmadre una vez en el Palacio de Pizarro. Al menos en eso andan esperanzándose desde anoche aquellos que votarán a Humala para evitar la llegada de Keiko
Perú es la muestra de lo que puede pasar cuando no se distribuye un poco más equitativamente la renta per cápita. Un ejemplo a no seguir por otros países de la región a los que más temprano que tarde les tocará cantar la canción del Ajuste fiscal y achicar el gasto social. Brasil ya lo viene haciendo desde Febrero y hasta Argentina, se verá obligada a achicar el gasto una vez que supere sus compromisos electorales de este año.
Perú y sus comicios dejan una lección: Aún cuando el crecimiento económico está asegurado siempre es mejor aplicar mecanismos de distribución de la riqueza antes de que lo nuevo y sus consecuentes incógnitas definan sin remedio con los nostálgicos de un autoritarismo, el de los Fujimori que había terminado mal pero que ayer, más allá del resultado fue reivindicado por un sector de la nación. Ergo siempre es mejor una mayor democracia económica que tener que definir bajo los parámetros que lo harán los peruanos el próximo 5 de junio.
