Japón.- Habitantes de la ciudad japonesa de Shika, situada en la prefectura de Ishikawa, continúan sufriendo los efectos del terremoto de 7.6 grados que azotó la región horas después de Año Nuevo, pues actualmente se enfrentan a extensas filas esperando recibir los seis litros de agua asignados a cada persona tras el fenómeno natural.
El movimiento telúrico no solo provocó el colapso de estructuras y el agrietamiento de carreteras, sino que también dañó severamente la red de agua potable, por lo que ahora los pobladores deben someterse estas filas para recibir el líquido vital proporcionado por el gobierno local.
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En algunos lugares los obreros ya están trabajando para sellar las grietas y facilitar el paso de los bomberos, del ejército —que fue llamado como refuerzo— y de la policía, pues se espera que se atiendan las fallas en estos servicios lo más pronto posible y se garanticen pronto mejores condiciones para las personas afectadas por el terremoto.
Frente al ayuntamiento de Shika, Yuko, una mujer de 58 años, también espera recibir agua distribuida por un funcionario con uniforme azul y mascarilla, por lo que comenta para la agencia AFP:
Necesitamos agua. Un acontecimiento como este nos recuerda lo esencial que es el agua (…) Estaba en mi casa, en el primer piso, viendo la televisión cuando se produjo el terremoto. Temí por mi vida
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Por otra parte, una calma inusual reina en las calles de las ciudades visitadas por los periodistas de la AFP, que también vieron muchos vehículos atascados en grietas del asfalto. Los habitantes también hacen fila frente a los supermercados para abastecerse, aunque algunos comercios están cerrados por falta de suministros.