Washington.- James Holmes fue acusado ayer de un total de 142 cargos criminales
que podrían llevarle al corredor de la muerte: 24 por homicidio en
primer grado y 116 por intento de asesinato. Los cargos incluyen uno por
tenencia de explosivos y otro por cometer un crimen violento.
Aunque Holmes, de 24 años, podría ser condenado a una sentencia mínima
de cadena perpetua ?sin posibilidad de libertad condiciona?, la fiscalía
podría pedir la pena de muerte si demuestra ?premeditación? en el ataque del pasado 20 de julio.
Durante la audiencia, el juez que instruye el caso, William Sylvester, preguntó a Holmes si accedía a dejar sin efecto su derecho a una audiencia preliminar dentro de 35 días.
?Sí?, se limitó a contestar el inculpado; fue la única palabra
que pronunció durante la audiencia. Acto seguido, el magistrado fijó
para el próximo 12 de noviembre la fecha en la que serán desmenuzados
todos los cargos.
A diferencia de hace una semana, cuando las cadenas de televisión
transmitieron en directo la comparecencia, en esta ocasión el juez
decidió vetar las imágenes del multihomicida, por considerar que la
cobertura podría interferir con el derecho del acusado a un juicio
justo. La decisión del magistrado desató la inmediata protesta de los
medios de comunicación que decidieron recurrirla.
Piden transparencia
El juez programó otra audiencia, el 9 de agosto por la mañana, para
responder a una petición por parte de 21 medios locales y nacionales que
exigen levantar el secreto del sumario impuesto por el magistrado el
mismo día de la masacre.
Según los testimonios de los familiares de las víctimas, presentes en
una sala contigua a la que se celebró la audiencia, Holmes permaneció
distante en todo momento, sin perturbarse en lo más mínimo. Mientras le
eran leídos los cargos criminales, el asesino miraba hacia el techo,
ensimismado en sus pensamientos y sin poner atención al juez o a los
asistentes.
Los especialistas y familiares de las víctimas que exigen un mayor grado
de transparencia en el proceso, particularmente con la información que
Holmes habría compartido con su psiquiatra, el doctor Lynne Fenton, quien se ha negado a divulgar el historial médico de su paciente.
Los medios se han limitado a consignar que el doctor Fenton es un
experto en el terreno de la neurobiología y la esquizofrenia. Según la
versión difundida por la cadena Fox, el psiquiatra de Holmes era el
destinatario de un paquete que nunca llegó a sus manos pero que
interceptó el FBI. En ese paquete iba un cuaderno con los planes de
Holmes para cometer una masacre.
Un segundo elemento que intriga a los medios de comunicación, es el
contenido de la computadora requisada a Holmes. Fuentes cercanas a la
fiscalía coincidieron en señalar que por ningún motivo quieren vulnerar
el principio del debido proceso que echaría a perder los planes para
conseguir la máxima pena para el multihomicida. Se estima que el juicio
girará primordialmente en torno a salud mental del acusado.
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