Estados Unidos. A finales del pasado 2023 se registró el desprendimiento de un gigantesco iceberg de la costa de Weddell en la Antártida, sin embargo, su desplazamiento causó preocupación a los especialistas por considerar que es una amenaza para las especies que se crucen en su camino.
El gigantesco iceberg identificado como A23, comenzó a moverse en 2020, pero fue en noviembre del año pasado cuando, provocado por las corrientes marinas y los poderosos vientos, finalmente perdió agarre e inició su desplazamiento hasta el momento incierto.
Sin embargo, tras su ruta errática, los expertos en la materia concluyeron que el A23 representará una amenaza para las rutas de alimentación de los animales incluyendo sus rutas de reproducción.
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Además, aseguran que el iceberg A23 también podría resultar benéfico a medida que pierda tamaño y libere polvo mineral, un nutriente fundamental para los organismos que constituyen la base de la cadena alimenticia en los océanos.
Científicos creen que el A23 se integrará al Océano Atlántico, pero no descartan que se desvié y pueda tocar tierra, siendo Georgia del Sur un posible destino. De ser así, afectaría a millones de focas, pingüinos y otras aves marinas que habitan la isla.