Ciudad de México.- Como bien sabes, los malos hábitos alimenticios no sólo afectan la salud, también el físico y por supuesto el autoestima.
Comer comida chatarra, alimentos congelados, dulces, pan y refresco, sin tener una dieta balanceada y sin realizar ejercicio puede convertirse en algo mortal.
Pensando en esto, un día la familia Bentley decidió cambiar su estilo de vida e increíblemente lograron perder alrededor de 220 kilos juntos.
Sarah Bentley y su esposo Dave solían salir a comer para cada comida. Su desayuno consistía en panecillos y cafés con crema batida.
Luego no comían nada durante todo el día y de noche cenaban bocadillos de pollo, comida china, alitas y pizza. Para el postre, compartían un gran bote de helado ¡cada noche!.
Las comidas poco saludables y la falta de ejercicio llevaron a Sarah a pesar 127 kilos y Dave alcanzó los 157 kilos.
Aunque por fuera, Dave y Sarah parecían muy sociables y felices, por dentro no soportaban estar en su propia piel.
Sarah acudió a un programa para bajar de peso y en tres meses, logró bajar 22 kilos.
Aprendí cómo preparar y comer adecuadamente las comidas y alimentar mi cuerpo”, aseguró.
Entonces, cuatro meses después de que ella iniciara, sus padres, Debbie y Steve Hoffman, que también tenían sobrepeso – Debbie pesando 135 kilos y lidiando con artritis reumatoide, y Steve con 185 kilos- decidieron dejar de tener obesidad mórbida y también cambiaron su estilo de vida.