Nairobi.- El Gobierno de Etiopía se sirve de las ayudas económicas de los
donantes internacionales para “controlar a la población, castigar a los
disidentes y minar a la oposición” , según un informe difundido hoy por
la organización Human Rights Watch (HRW).
En el documento “Desarrollo sin libertad: cómo la ayuda financia la
represión en Etiopía” se subraya que las ayudas externas sirven para
mantener “un estado virtual de partido único, con un balance deplorable
en materia de derechos humanos”.
El pasado 4 de octubre, Meles Zenawi fue investido por cuarta vez primer
ministro de Etiopía por el Parlamento, tras conseguir su partido 445 de
los 447 escaños en las elecciones celebradas en mayo pasado según los
resultados oficiales, mientras los principales opositores estaban
encarcelados.
Una situación especialmente preocupante para HRW, ya que Etiopía es uno
los mayores receptores de ayuda exterior, con unos 3 mil millones de
dólares anuales, que suponen más de la tercera parte de su presupuesto.
Tras seis meses de investigación sobre el terreno, a finales de 2009, la
organización defensora de los Derechos Humanos comprobó, según su
informe, que las autoridades locales impiden a la población el acceso a
semillas, fertilizantes, comida, crédito y otros elementos de ayuda al
desarrollo y a la supervivencia.
HRW sugiere en su estudio una auditoría y seguimiento de las ayudas
internacionales para evitar que esta práctica continúe y asegurar que se
cumplan “los objetivos a largo plazo en beneficio de la población en
lugar de las consideraciones políticas o de seguridad de los donantes”.
Sin embargo, según el texto, los contribuyentes extranjeros, entre ellos
el Banco Mundial (BM) , Estados Unidos y la Comisión Europea, insisten
en que sus aportaciones ayudan a sectores subdesarrollados como la
agricultura o la seguridad alimentaria, además de a otras actividades no
políticas.
