El Papa invita a los jóvenes a Madrid

Ciudad del Vaticano.- En la fiesta del Domingo de Ramos, Benedicto XVI invitó ayer a los jóvenes del mundo entero a «que me acompañéis en la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Madrid el próximo mes de agosto, bajo el lema: Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe». Durante el rezo del Ángelus, al término de la bellísima ceremonia de los ramos de olivo y de palma, el Papa repitió esta invitación en castellano, portugués, polaco e italiano.
Los rostros sonrientes de los jóvenes protagonizaron la misa de ayer en la plaza de San Pedro, adornada con palmas y olivos en un hermoso día soleado de primavera. Más de cuarenta mil personas acompañaron al Santo Padre en la primera jornada de una Semana Santa en la que Benedicto XVI, a pesar de sus 84 años de edad, presidirá el intenso calendario de ceremonias litúrgicas.
Un millar largo de universitarios españoles, participantes en un congreso internacional, dejaron ayer claro que el entusiasmo y la hospitalidad de Madrid aspiran a superar cualquiera de las Jornadas Mundiales de la Juventud celebradas hasta ahora.
En su homilía, el Papa comentó la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, que en realidad era el prólogo a su arresto, el juicio-farsa y la crucifixión para redimir a la humanidad, tirando de cada persona «hacia arriba» para superar las propias miserias y el pecado.Benedicto XVI comentó que «desde siempre, los hombres han deseado «ser como Dios apoyándose en sus fuerzas». Y si bien «la humanidad ha alcanzado tantos logros ?podemos volar, podemos vernos, escucharnos y hablarnos de un extremo a otro del mundo?, la fuerza de la gravedad que nos tira hacia abajo sigue siendo igual de poderosa».
El Santo Padre añadió que, junto con la capacidad humana y los grandes avances tecnológicos, «también han aumentado las posibilidades del mal, que se presentan como tempestades amenazadoras a lo largo de la historia. Incluso nuestros límites permanecen: baste pensar a las catástrofes que en estos meses han afligido y siguen afligiendo a la humanidad».
Así, insistió en que el hombre «solo» es demasiado débil para elevar su corazón a la altura de Dios y subrayó que, «precisamente la soberbia de querer hacerlo solo, le derrumba y le aleja de Dios».
El Papa Benedicto XVI presidirá la Misa del Crisma y la de la Cena del Señor el Jueves Santo, en la que lavará los pies a una docena de sacerdotes. El Viernes Santo celebrará el Vía Crucis en el Coliseo romano, y el sábado, la vigilia pascual. El Domingo de Pascua presidirá una solemne eucaristía,que concluirá con la bendición «Urbi et Orbi» al mediodía en la Plaza de San Pedro.