Francia. El paso del ciclón “Chido” por Mayotte, un archipiélago francés en el océano Índico, ha causado una gran tragedia, con un saldo de al menos 35 muertos, según el balance actualizado de las autoridades este viernes. El fenómeno meteorológico, que azotó la isla el pasado sábado, también ha dejado 67 heridos graves y más de dos mil 400 personas con lesiones leves. Las autoridades locales advierten que estos números podrían aumentar, ya que la situación sigue siendo difícil de evaluar.
La población de Mayotte, que tiene alrededor de 320 mil habitantes, ha sufrido gravemente debido a la destrucción de viviendas, muchas de ellas en condiciones precarias. A esta población se suman entre 100 mil y 200 mil migrantes irregulares provenientes de las islas Comores cercanas, lo que complica aún más la situación, ya que las condiciones de vida en el territorio ya eran complicadas antes del paso del ciclón.
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La crisis no se limita a Mayotte. El ciclón también ha dejado al menos 75 muertos en Mozambique y 13 en Malaui, exacerbando la magnitud de la tragedia en la región. En Mayotte, las dificultades se agravan debido a su situación política, pues, aunque la isla se convirtió en departamento francés en 2011, las Comores continúan reclamando su soberanía.
En medio de este desastre, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha visitado la isla para evaluar la situación y ha prometido medidas urgentes para la reconstrucción a través de una “ley especial”. Durante su estancia, marcada por la tensión, también abordó las necesidades inmediatas de la población, como el abastecimiento de agua y alimentos, tras las intensas peticiones de los habitantes. Macron se comprometió a restablecer parcialmente el suministro de agua el sábado, seis días después de la tormenta.
El presidente también anunció que las escuelas no podrán reabrir el 13 de enero, como estaba previsto, y planteó la posibilidad de enviar a los alumnos a las escuelas de La Reunión, una isla francesa ubicada a unos 1,500 kilómetros de distancia. Macron destacó que Mayotte no volverá a la “normalidad” en los próximos meses, lo que refleja la magnitud de la crisis que enfrenta la isla.