Ciudad de México.- Científicos estudiaron
el viento solar a un nivel de detalle sin precedentes, con lo que descubrieron
que tiene minúsculos torbellinos, los cuales podrían tener un rol importante en
el mantenimiento de la temperatura del plasma eyectado por el Sol.
El viento solar se enfría a medida que se dispersa por el Sistema Solar, pero
esto sucede a un ritmo menos de lo que se esperaría si el flujo de plasmas
fuese suave y laminar.
La turbulencia que originan las eyecciones nace de irregularidades en el flujo
de partículas y en las líneas del campo magnético, y tratar de analizar cómo se
transfiere la energía de las grandes estructuras a los torbellinos es una tarea
compleja.
Utilizando el satélite Clúster, que viajó con el flujo de plasma, científicos
de la Agencia Espacial Europea, determinaron la existencia de láminas de
corriente de apenas 20 kilómetros de espesor en los bordes de los torbellinos.
“Estos resultados nos muestran por primera vez que el plasma del viento
solar está extremadamente estructurado incluso a una escala tan pequeña”,
explica Silvia Perri, de la Universidad de Calabria, Italia, autora principal
del artículo.
En los bordes de estos torbellinos se detectaron ?reconexiones magnéticas’, el
proceso por el que líneas de campo magnético de sentido opuesto se abren de
forma espontánea y se reconectan con otras líneas de su entorno, liberando
energía.
“A pesar de que todavía no hemos detectado reconexiones a esta nueva
pequeña escala, está claro que nos encontramos ante una cascada de energía que
podría contribuir al calentamiento del viento solar”, explica Silvia.
Con anterioridad, ya se habían detectado láminas de corriente de unos 100
kilómetros de espesor en la envoltura magnética, la región comprendida entre la
burbuja magnética que rodea a la Tierra – la magnetosfera – y la onda de choque
generada por el viento solar.IN