Europa.- Los efectos de los devastadores incendios canadienses siguen haciéndose notar en forma de grandes nubes de humo los cuales siguen extendiendo hasta llegar a Europa, aunque este lunes particularmente aterrizó en la península ibérica de España y Portugal.
Y es que luego de lo visto en Estados Unidos cuando estas mismas nubes se apostaron en Nueva York y algunas zonas más, tanto científicos y organismos climáticos señalaron que las nubes de humo seguirían expandiéndose ante el flujo de los vientos a otras partes del mundo, alertando más que nada el peligro que éstas representan hacia las personas y obligándolas a ponerse de nuevo mascarillas y evitar la aspiración tóxica.
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En cambio, una vez pasado las nubes en el país norteamericano, España inicia el día con la cercanía de la nube de humo desde Galicia y Portugal. Según el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IMPA), a través de un comunicado compartido este lunes, explicó que se trata de una nube compuesta por “partículas muy pequeñas y por gases, especialmente monóxido de carbono”
“Esta nube parece estar confinada encima de los mil 100 metros de altitud y por eso no deberá afectar a las poblaciones por debajo de ese nivel”, precisó el IPMA, que a su vez advirtió que el humo reduciría la visibilidad en la zona y descartando que sea un riesgo para la salud humana
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Cabe señalar que los mismos efectos ocurre lo mismo en Portugal, de acuerdo al Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera, con el desplazamiento de las partículas procedentes de los incendios canadienses y logrando cruzar en una camino entre Canadá y la Península Ibérica, donde hay más de 5 mil kilómetros de distancia. Pese a ello, expertos prevén que, considerando que la concentración de partículas es muy baja, solo sea visto como en zonas costeras gallegas.
Según El País, y en declaración con Mark Parrington, científico del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus, agregaron que “el desplazamiento de humo de largo alcance a escala intercontinental no es tan inusual cuando aumentan las emisiones de los incendios. Normalmente, ese desplazamiento se produce a mayor altura en la atmósfera (entre 2 y 8 kilómetros), donde la vida atmosférica es más larga y los vientos son más fuertes”.