Tres tipos de droga pretendían ser pasadas por un gato a los reclusos de una cárcel en Panamá, cuando las autoridades lo atraparon. El insólito hecho fue reseñado por los medios locales y de inmediato la noticia se volvió viral.
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Colaboradores externos al penal pusieron en marcha el plan, utilizando un gato para poder burlar los controles. El animalito llevaba la carga amarrada en su cuerpo, detalla el servicio de noticias DW.
El fiscal anti drogas local, Eduardo Rodríguez, precisó a la televisión el contenido del paquete incautado. “El gato transportaba posiblemente cocaína, crack y marihuana”, reveló.
Los reclusos y sus contactos en el exterior prueban todo tipo de planes para ingresar las drogas. Esta vez se trató de un gato, pero en otras ocasiones han intentado entrar con drones y con palomas. Por suerte, el felino fue llevado a un centro de adopciones.
El director del sistema penitenciario de Panamá, Andrés Gutiérrez, precisó que al gato le amarraron al cuello una tela donde iban dos envoltorios. Uno de los paquetes venía forrado en plástico transparente, el otro estaba cubierto por hojas.
Parte de la estrategia consistió en que los reclusos ofrecían comida al animal con el objetivo de que estableciera una rutina. De esta manera, el gato entraba y salía regularmente de la penitenciaría, lo que podían aprovechar para que le colocaran la droga desde la calle y poder pasarla, detalla Blu Radio.
El centro penitenciario de Nueva Esperanza se ubica en la costa caribeña de Panamá. Allí reside una población mixta en pabellones de máxima y de mediana seguridad. Un total de 1,731 internos se encuentran en el lugar, según el reporte del mes de marzo de 2021 emitido por la Dirección General del Sistema Penitenciario.
