?Ginebra.- La epidemia de cólera que azota a Haití alcanzó a los internos de la
prisión nacional de Haití en Puerto Príncipe, donde ya ha matado a 10
personas en los últimos cuatro días, dijo el viernes la Cruz Roja.
Alrededor de 30 presos han sido infectados con la enfermedad, informó el Comité Internacional de la Cruz Roja en Ginebra.
El brote es particularmente preocupante porque la prisión, donde habitan
2 mil reclusos, está sobrepoblada, dijo el vocero de la Cruz Roja
Marcal Izard.
Las autoridades haitianas y la Cruz Roja ”trabajan sin descanso para que la prisión sea segura”, dijo Izard.
Mientras tanto, luego de tres días de protestas violentas en el norte de
Haití, los ataques contra la ONU se extendieron el jueves a Puerto
Príncipe con ataques contra vehículos extranjeros.
Los manifestantes son movidos por sospechas, compartidas por algunos
expertos estadounidenses en enfermedades, de que un contingente de
soldados nepaleses de Naciones Unidas llevó el cólera a Haití, donde ha
matado más de mil 100 personas y causado la hospitalización de más de 18
mil.
La Misión de Estabilización de la ONU en Haití (MINUSTAH, por sus siglas
en inglés) niega tener responsabilidad por la epidemia.
De pie ante el humo negro de neumáticos en llamas, los manifestantes
gritaban el jueves ”¡Decimos no a MINUSTAH y no al cólera!”, y
portaban carteles que decían ”MINUSTAH y el cólera son gemelos”.
Varios vehículos pertenecientes a la ONU y a grupos humanitarios
quedaron con los cristales rotos.
La Policía haitiana disparó gas lacrimógeno a los manifestantes en la
plaza Champ de Mars, y nubes del agente irritante volaron a un
campamento cercano que alberga a miles de personas desplazadas desde el
terremoto del 12 de enero.
”Sobreviví al terremoto, pero la Policía me va a matar con gas”, dijo Marie Paul Moses mientras huía de la nube blanca.
Las protestas, calificadas por la ONU como políticamente motivadas,
ocurren a poco más de una semana de que se realicen las elecciones
nacionales.
Grupos humanitarios pidieron calma a la población con el argumento de
que la violencia está dañando los esfuerzos por atender a decenas de
miles de personas afectadas por el cólera.
