Londres.- Este 20 de mayo, se lleva a cabo un registro en la Embajada ecuatoriana en Londres en el Reino Unido en la que permaneció durante casi 7 años el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, con el fin de recolectar todas sus pertenencias y entregarlas a los fiscales de Estados Unidos.
Tras una petición del Departamento de Justicia estadounidense, los funcionarios ecuatorianos revisan el recinto en busca de documentos, archivos informáticos, computadoras, teléfonos móviles, unidades de memoria y cualquier otro dispositivo de Assange, además, se espera que entre las pertenencias confiscadas estén dos manuscritos del activista.
Según un comunicado de WikiLeaks, ni el propio Assange, ni los oficiales de la ONU fueron autorizados a estar presentes durante el registro.
A su vez, el jefe del equipo de abogados que defiende al periodista australiano, Baltasar Garzón, reiteró que la confiscación de las pertenencias de Assange de la Embajada es “extremadamente preocupante”.
“Es un ataque sin precedentes a los derechos de defensa, libertad de expresión y acceso a la información que expone abusos masivos de los derechos humanos y corrupción. Exhortamos a las instituciones de protección internacional a intervenir para poner fin a esta persecución”, indicó.
Por su parte, el abogado de Assange en Ecuador, Carlos Poveda, precisó que Quito facilita la búsqueda de una presunta evidencia para Washington en la habitación de Assange sin la presencia del activista, sostuvo que no hay derecho para realizar esta confiscación debido a que el activista de origen australiano continúa siendo ciudadano de Ecuador y debe ser protegido según las leyes de ese país.
Assange llevaba refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres (Reino Unido) desde junio de 2012, cuando Quito le proporcionó asilo político para evitar que fuese extraditado a Suecia.
El activista australiano fue arrestado en Londres el 11 de abril tras ser expulsado de la legación, retirársele el asilo diplomático y la nacionalidad ecuatoriana.
Actualmente, Assange se encuentra preso en la prisión de Belmarsh, en el sudeste de Londres (Reino Unido).
La Corte de la Corona de Southwark en Londres, le condenó a 50 semanas de cárcel por las violaciones de los términos de libertad condicional que cometió tras asilarse en la Embajada de Ecuador en el Reino Unido.
