Tokio.- La tripulación de un buque de guerra
estadounidense, que encalló hace dos días en una zona protegida en
Filipinas, fue desalojada del navío que chocó contra una barrera de
coral en el parque nacional Tubbataha.
La Armada de Estados Unidos ha enviado un equipo de
evaluación para planificar y ejecutar la delicada extracción de un
dragaminas desde el arrecife Tubbataha sin causar daño al santuario
marino donde ha quedado atrapado.
Las autoridades filipinas aseguraron que la marina estadunidense podría
ser multada con 300 dólares por cada metro de coral, que haya sufrido
daños.
La tripulación del dragaminas USS Guardian trabajó dos días sin éxito
para liberar al barco del arrecife de Tubbataha, declarado patrimonio de
la humanidad por la Unesco y que cuenta con enorme biodiversidad marina.
El navío de 68 metros de eslora encalló cuando se dirigía a Puerto
Princesa, en la isla de Palawan, tras una parada programada en la base
naval de Subic Bay para abastecerse de combustible, de acuerdo con
informes oficiales.
Un grupo de 72 marinos de los 79 tripulantes del USS Guardián habían
sido trasladados a un buque de apoyo militar, mientras otro equipo,
incluyendo a los oficiales al mando, se mantuvo a bordo para tratar de
sacar a la nave.
Sin embargo ante la imposibilidad de retirar la nave encallada, se
decidió sacar a toda la tripulación por razones de seguridad, indicó el
canal filipino de noticias GMA Network.
Las autoridades estadunidenses todavía tienen que aclarar cómo la nave
se abrió camino en el parque marino protegido mientras navegaba hacia
Puerto Princesa.
Por su parte, el gobierno de Filipinas ha comenzado a investigar el
incidente pero la preocupación principal es asegurar que el buque sea
retirado del sitio sin causar daño al arrecife situado a 680 kilómetros
al sureste de Manila.
IN
