Bagdad.- El vicepresidente iraquí, Tariq al-Hashemi,
fue sentenciado el domingo a la pena capital por acusaciones de haber
sido el autor intelectual de los escuadrones de la muerte en contra de
sus rivales en un juicio por terrorismo que incrementó las tensiones
sectarias en el país.
Los insurgentes lanzaron una serie de ataques con bombas y tiroteos en
todo Irak, los cuales dejaron al menos 92 personas muertas en uno de los
días más sangrientos días de este año en el país.
Es poco probable que los ataques en 13 ciudades hayan estado programados
para coincidir con el veredicto dado a conocer en la tarde que coronó
un proceso de meses en contra del vicepresidente suní, Tariq al-Hashemi,
quien fuera un viejo enemigo del primer ministro chií, Nuri al-Maliki.
Sin embargo, aunados, la violencia y el veredicto podrían vigorizar a
los insurgentes suníes, decididos a regresar a Irak al borde de una
guerra civil atacando chiíes y socavando la autoridad del gobierno
Al-Hashemi huyó a Turquía en los meses posteriores a que el gobierno
chií lo acusara de haber estado involucrado en 150 ataques con bombas,
asesinatos y de otro tipo entre 2005 y 2011, un periodo en el que el
país estaba sumido en violencia sectaria en represalia por la invasión
encabezada por Estados Unidos en 2003 que derrocó el régimen suní de
Sadam Hussein.
La mayoría de los ataques fueron cometidos supuestamente por los
guardaespaldas de al-Hashemi y otros empleados, y en buena medida,
contra funcionarios gubernamentales, fuerzas de seguridad y peregrinos
chiíes.
El vicepresidente declinó hacer comentarios por el momento respecto al
veredicto, luego de reunirse con el ministro turco del Exterior Ahmet
Davutoglu, en Ankara. Dijo que atenderá este asunto mediante un
comunicado en horas próximas.
El caso- cargado de peso político y que fue anunciado un día después de
que las tropas estadounidenses se retiraran del país en diciembre
pasado- desató una crisis gubernamental y alimentó el resentimiento de
kurdos y musulmanes suníes en contra de al-Maliki, quien, según sus
críticos, está monopolizando el poder.
La facción de al-Qaida en Irak ha prometido regresar a zonas
predominantemente suníes, de donde fue echada por Estados Unidos y sus
aliados locales luego de que la lucha sectaria alcanzara su punto máximo
en 2007.
El lugar más sacudido por la violencia fue la capital. En total,
murieron 42 personas en la capital y 120 quedaron heridas, según la
policía y funcionarios médicos que hablaron bajo condición de guardar el
anonimato por no estar autorizados para dar información.
Durante el día, murieron al menos 92 personas y quedaron más de 360
heridas en al menos 21 diferentes explosiones y tiroteos, de acuerdo con
los reportes de la policía y funcionarios médicos. Ningún grupo se ha
adjudicado la responsabilidad, aunque el ministro iraquí del Interior
culpa a al-Qaida.CHG