Ginebra.- Entre los migrantes que hacen el largo recorrido para llegar a Europa, algunos declaran haber sufrido de abusos y violencia por parte de traficantes, quienes los extorsionan e incluso han abusado sexualmente a las mujeres para intercambiar agua y comida para su travesía, así dieron a conocer investigadores de la ONU que han visitado varias veces a Libia para analizar la situación del país este miércoles.
En las declaratorias, los investigadores comisionados por la ONU presentan que los migrantes en Libia sufren de violaciones de los derechos humanos, esto días después de anunciarse que están tratando de verificar el hallazgo de fosas comunes al noroeste del país.
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El titular de la comisión investigadora, Mohamed Auajjar, dijo el miércoles que ésta halló “un patrón fijo de graves violaciones de derechos humanos” contra migrantes en centros de detención administrados por el gobierno libio y en lugares de tráfico de personas.
Además, dijo que el país se ha vuelto en un peligroso punto de partida para refugiados de África y Medio Oriente que buscan llegar a Europa y del que se creó un mercado de tráfico de personas.
“La misión tiene motivos razonables para creer que se cometieron crímenes contra la humanidad contra los migrantes en Libia”, destacó la misión, reiterando denuncias previas de este grupo de investigación.
La nación africana se hundió en una tormenta de caos tras el alzamiento popular que terminó en el derrocamiento del dictador Moamar Gadafi en 2011, comenzando una era en que el dejó de tener un gobierno eficaz y pasó a dividirse en regímenes rivales unos de otros, como el oeste y en el este, siendo cada uno respaldado por milicias y gobiernos extranjeros.
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En el conflicto, miles de migrantes son detenidos en su paso por irse a otro países en centros gestionados por el Departamento de Lucha contra la Migración Ilegal, cuyas instalaciones están controladas por grupos armados no estatales o son retenidos por traficantes, donde algunos pasan a ser víctimas de “asesinatos, desapariciones, tortura, esclavitud, violencia sexual y otros abusos”, según grupos e.
Una migrante que fue retenida en Ajdabiya relató a los investigadores que sus captores le exigieron mantener relaciones sexuales a cambio del agua que necesitaba para su hijo de seis meses que estaba enfermo. Además, según con los informes de la ONU, dicen que el riesgo de sufrir este tipo de abusos es tanto que algunas mujeres se ponen implantes anticonceptivos para evitar un posible embarazo.
En octubre, la misión de la ONU denunció que el país ha sufrido crímenes de guerra y contra la humanidad desde 2016.
