Argentina.- Un preocupante color rosa comenzó a teñir las aguas de una laguna de la Patagonia, por efecto de los químicos de desechos industriales generados por empresas pesqueras, el fenómeno alertó a los vecinos y ambientalistas del sur de Argentina.
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Los hechos ocurrieron desde el domingo 25 de julio y aun hoy se continúa “pintando” el agua de la Laguna de Corfo, a 30 kilómetros de Trelew, ciudad de 120 mil habitantes a unos 1,400 kilómetros al sur de Buenos Aires.
“Para nosotros es la imagen de la desidia del gobierno provincial. Los que deberían controlar son los que autorizan el envenenamiento de la gente, así de paradójico es”, dijo a la agencia AFP el ambientalista Pablo Lada.
La coloración del agua se debe al sulfito de sodio, un conservante antibacteriano utilizado para preservar los langostinos para su exportación; este material, si bien no es tóxico, si está contaminando las aguas del río Chubut que alimenta las ciudades de la región.
“La coloración se debe a un conservante, el sulfito de sodio. Es un antibacteriano que contamina también las napas del río Chubut y aguas de las ciudades de la región. La ley ordena el tratamiento de tales líquidos antes de ser volcados”, comentó a los medios el Ingeniero Ambiental y Virólogo Federico Restrepo.
Por su parte, las autoridades provinciales de Chubut, donde se ubica la laguna, señalaron que el color rosado desaparecerá en algunos días. Los vecinos del lugar se han quejado y denuncian olores nauseabundos y proliferación de insectos, además de los daños al medio ambiente.
El problema es que en Chubut, la ley obliga a las empresas a procesar la pesca para exportación en el mismo territorio provincial, transformándose en un sector que genera miles de empleos en una provincia sumida en una crisis económica y política desde hace mucho tiempo. Esta zona cuenta con decenas de empresas extranjeras que operan en la industria pesquera, pero poco hacen por la localidad y el medio ambiente, advierten ambientalistas.
“El procesamiento de la pesca genera trabajo, mucha mano de obra, es cierto. Pero son empresas con ganancias multimillonarias que no quieren pagar el flete para llevar los desechos a una planta de tratamiento que ya existe en Puerto Madryn, a 60 kilómetros, ni construir una planta más cerca para tratarlos”, advirtió Lada.
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