Rusia.- Mikhail Vladimirov, de 45 años, intentó quitarse la vida por problemas económicos y quedó discapacitado con la cara desfigurada después de dispararse. El incidente tuvo lugar en la ciudad de Kotelniki, cerca de Moscú, Rusia.
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De acuerdo a los informes oficiales, el personal médico que lo atendió dice que Vladimirov salió de su casa alrededor de las 4 de la mañana, llevando consigo su escopeta registrada, cargada con perdigones de plomo. Luego de pasar varias horas conduciendo por la ciudad en un auto de renta, se detuvo en un lugar desolado, apuntó el cañón del arma a su barbilla y disparó.
Los perdigones destruyeron por completo el rostro de Vladimiroc, pero de alguna manera logró sobrevivir al no recibir ningún impacto cerebral. Aún en shock traumático, el hombre salió del coche y fue descubierto por una mujer que pasaba por el lugar, quien aterrorizada llamó a los servicios de emergencia.
Vladimirov fue trasladado de urgencia al hospital, donde los médicos lograron coser lo que quedaba de su rostro y salvar uno de sus ojos con el 50 por ciento de pérdida de visión.
El hombre ya se ha sometido a numerosas cirugías y operaciones, en un intento de restaurar los huesos faciales; actualmente recibe comida a través de un tubo conectado directamente a su estómago y sobrevivió solo por casualidad. De acuerdo al personal médico que lo atiende, aun le esperan años de rehabilitación por delante.
Vladimirov trabajaba como técnico de sistemas de seguridad y estuvo experimentando constantes dificultades financieras que lo acosaron durante sus diecisiete años de matrimonio. Según los padres del hombre, constantemente solicitaba préstamos que luego no podía pagar, solo “para satisfacer las necesidades ilimitadas de su esposa”.
