EU.- La Agencia Espacial Estadounidense, acaba de aprobar la construcción de un telescopio espacial infrarrojo cuyo objetivo es avanzar en los esfuerzos de vigilancia y la defensa planetaria por posibles amenazas espaciales para nuestro planeta.
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Se trata del Near-Earth Object Surveyor (NEO Surveyor) cuyo diseño fue autorizado para pasar a la siguiente fase de su desarrollo, lo que arrojará su diseño original, el cual es en la actualidad un secreto guardado bajo siete llaves.
A través de un comunicado, la NASA explica que este telescopio espacial infrarrojo está diseñado para descubrir y catalogar la mayoría de los asteroides y cometas potencialmente peligrosos que se encuentren hasta a 50 millones de kilómetros de la órbita del planeta, conocidos como objetos cercanos a la Tierra o NEO.
“NEO Surveyor tendrá la capacidad de acelerar rápidamente la velocidad a la que la NASA puede descubrir asteroides y cometas que podrían representar un peligro para la Tierra, y está siendo diseñado para descubrir el 90 por ciento de los asteroides de 140 metros de tamaño o más dentro de un década de su lanzamiento”, dijo Mike Kelley, científico del programa NEO Surveyor.
La NASA y otras agencias espaciales del mundo han descubierto aproximadamente el 40% de los asteroides cercanos a la tierra; con el NEO Surveyor, se pretende acelerar los esfuerzos internacionales por conocer las potenciales amenazas.
“Cada noche, los astrónomos de todo el mundo utilizan telescopios ópticos terrestres para descubrir nuevos NEO, caracterizar su forma y tamaño y confirmar que no representan una amenaza para nosotros”, dijo Kelly Fast, director de programa del Programa de Observaciones de NEO de la NASA.
Descubrir, caracterizar y rastrear los objetos cercanos a la Tierra potencialmente peligrosos lo antes posible es crucial para garantizar que la desviación u otros preparativos para la mitigación del impacto se puedan llevar a cabo a tiempo.
El programa NEO Surveyor para avanzar al próximo hito de su puesta en funciones, fue programado para la primera mitad de 2026, y está siendo desarrollado además por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) en el sur de California y administrada por el Programa de Misiones Planetarias de la agencia.
