México.- La historia de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, más conocido como “El Chapo” Guzmán, se encuentra cargada de diversos matices, pues desde muy joven este hombre nacido en el pueblo de La Tuna, Sinaloa, se dedicó al cultivo y la distribución de drogas como la marihuana y el opio. Sin embargo, con el tiempo, su vida se vería marcada por la persecución, los arrestos, las fugas y finalmente, una sentencia que lo llevará a pasar el resto de su vida en prisión.
El máximo exponente del Cártel de Sinaloa fue capturado por primera en 1993 en la frontera de México con Guatemala, más específicamente en el puente fronterizo internacional del Talismán. En dicha oportunidad Guzmán Loera se encontraba justamente escapando de las autoridades, quienes buscaban a los autores de un tiroteo entre mafias en el aeropuerto de Guadalajara, el cual provocó la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
“El Chapo” fue extraditado de inmediato a México y pasó casi ocho años en prisiones de alta seguridad, pero en enero de 2001 este volvió a causar revuelo tras fugarse de la prisión de Puente Grande, Jalisco. Se dice que en esa ocasión el narcotraficante se ocultó en un carro de lavandería entre ropa sucia y, con la ayuda de algunos empleados de la cárcel, atravesó seis controles internos de seguridad hasta llegar al exterior de la prisión.
La segunda captura de “El Chapo” Guzmán en Mazatlán, Sinaloa
Luego de fugarse con éxito del penal de máxima seguridad en Jalisco, Joaquín Guzmán Loera se habría refugiado en el estado de Nayarit y, posteriormente, se habría dirigido a su rancho en Baridaguato, Sinaloa, desde donde siguió realizando sus operaciones de narcotráfico por varios años.
No obstante, “El Chapo” caería por segunda vez en 2014, ya que el 22 de febrero de ese año el líder del Cártel de Sinaloa fue interceptado por elementos de la Armada de México y agentes de la DEA mientras se encontraba oculto junto con su esposa e hijas en el edificio Miramar, ubicado en la Avenida del Mar en el Puerto de Mazatlán.
La detención de “El Chapo” Guzmán fue completamente estruendosa a nivel nacional e internacional, pues acababa de caer uno de los hombres más buscados del planeta, “un gran enemigo del gobierno norteamericano”. Ese parecía ser el fin de la era de un hombre que para ese momento tenía 57 años de edad. Tras la captura fue alojado en el penal de máxima seguridad del Altiplano de la localidad de Almoloya de Juárez, a 70 kilómetros al oeste de la Ciudad de México, mientras el gobierno de los Estados Unidos pedía su extradición.
Pero la historia de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera daría un nuevo vuelco, ya que un día como hoy, el 11 de julio pero del 2015, el capo de capos desapareció sin dejar rastro después de ingresar a la zona del baño de su celda, es decir “El Chapo” Guzmán se había fugado por segunda vez.
Así es, hace exactamente ocho años el líder narcotraficante tuvo una fuga de película, ya que logró escapar de la prisión del Altiplano, en el Estado de México, mediante un túnel excavado por debajo de la cárcel y que contó con una ingeniería muy similar a la implementada por el Cártel de Sinaloa para introducir droga a los Estados Unidos.
Se calcula que el túnel, que comenzó en una casa ubicada en la zona aledaña a la prisión, se perforó en al menos seis meses y pasó desapercibido gracias a que se realizaban trabajos para instalar drenaje en la zona. Este tuvo una extensión de un kilómetro y medio, con 1.7 metros de alto y 80 centímetros de ancho, además, su costo se estimó en aproximadamente medio millón de dólares.
Recaptura de “El Chapo” en los Mochis y su sentencia en Estados Unidos
Pasaron 179 días desde que el Chapo se fugó del penal de máxima seguridad de Almoloya para que las autoridades desplegaran un nuevo operativo de captura, pues tras la celebración del día de Reyes en 2016, datos de inteligencia señalaban que había altas probabilidades de que el capo estuviera en territorio sinaloense.
Fue así que el 8 de enero de 2016 elementos militares se movilizaron por aire y por tierra para llegar hasta la casa de Jiquilpan 1002 en Los Mochis, Sinaloa, última guarida de Guzmán Loera. Y es que la vivienda se convirtió en un escenario de guerra, donde los hombres del líder narcotraficante trataron de repeler a las autoridades, desatando un intercambio de disparos ensordecedor, en el cual varios integrantes de su organización resultaron muertos.
En ese momento algunos de los guardias del Chapo ascendieron estratégicamente hacia el segundo piso y posteriormente al techo como maniobra de distracción, pues simultáneamente el capo se daba a la fuga por un pasadizo ubicado detrás del espejo que estaba en la habitación principal de la planta baja y que lo llevó a través de un túnel de kilómetro y medio hacia el exterior.
“El Chapo” Guzmán salió por una alcantarilla en el cruce de Jiquilpan y calle Antonio Rosales y trató de abandonar el lugar a bordo de un vehículo robado; sin embargo, un policía federal de caminos distinguió el vehículo sobre la vía Mochis-Navojoa y decidió perseguirlo hasta marcarle el alto junto con otro agente de la misma corporación, logrando detenerlo hasta la llegada de agentes de apoyo y un helicóptero de la Marina Armada que conduciría líder del Cártel de Sinaloa hasta la capital.
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera fue extraditado casi un año después a los Estados Unidos, ya que su traslado se dio el 19 de enero de 2017. Después, en 2019, “El Chapo” fue condenado a cadena perpetua tras ser hallado culpable de diez cargos en una corte de Nueva York: tráfico de drogas, liderar una red criminal, asesinatos, sobornos, torturas, conspiración internacional para la fabricación y distribución de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana, uso de armas de fuego y conspiración para lavar las ganancias de narcóticos
En la actualidad el líder del Cártel de Sinaloa, ahora con 66 años de edad, se encuentra en una celda en la prisión Supermax ADX Florence, ubicada en el desierto de Colorado, la cual se dice mide 3.5 metros de ancho por dos metros de largo y donde el Chapo Guzmán deberá pasar el resto de sus días.