?Tokio.- Sofía Loren, primera actriz galardonada con el máximo reconocimiento
artístico de Japón, aseguró hoy en Tokio que la vida le ha dado lo que
siempre quiso y que, a sus 76 años, aún se pregunta qué hará “cuando sea
mayor” .
Exuberante, con un ajustado traje chaqueta que dejaba ver su espléndido
escote, Sofía Loren se presentó hoy ante la prensa con motivo del
galardón “Praemium Imperiale” , que recogerá mañana de manos del
príncipe Hitachi, hermano del emperador Akihito.
“Este premio resume de una forma hermosa todo mi trabajo, todos los
valores que me inspiraron a lo largo de mi carrera. Eso me hace
profundamente feliz” , dijo la actriz, que este año comparte el
prestigioso premio con otros dos italianos: el pianista Maurizio
Pollini, en
música, y Enrico Castellani, en la de pintura.
En la categoría de escultura fue galardonada la artista alemana Rebecca Horn y el japonés Toyo Ito en la de arquitectura.
Todos ellos estuvieron en la presentación de hoy, aunque fue la estrella
italiana, con su glamour, sus movimientos cuidados y sensuales y su
imponente presencia la que acaparó la mayoría de los flashes.
Que quería llegar a lo más alto Sofía Loren lo tenía claro desde muy
pequeña: “Cuando iba al colegio escribí en un cuaderno lo que quería
ser: Sofía Scicolone (su nombre real), vas a ser una gran estrella,
decía. La vida me ha dado la posibilidad de tener lo que siempre quise” ,
afirmó, en una rueda de prensa ya en solitario.
En su éxito jugó un papel fundamental su descubridor y el que sería su
esposo durante 50 años: Carlo Ponti, el gran amor de su vida, padre de
sus dos hijos y un hombre “inteligente y listo, muy sensible y
artístico. Nos quisimos mucho” , rememoró en perfecto inglés.
Pero la pareja por la que pasará a la historia en el mundo del celuloide es sin duda Marcello
Mastroianni, con quien rodó películas tan inolvidables como “Matrimonio a
la italiana” (1963) a las órdenes del director que la encumbró,
Vittorio de Sica.
“Trabajé con Marcello durante catorce años de mi vida. Hacíamos una
pareja maravillosa. Era bonita y creíble para la gente, que se podía
identificar con ella. Fueron años increíbles” , dijo la italiana, que
señaló que su carrera despegó “gracias a todas las películas que he
hecho con De Sica y Mastroianni” .
“Yo no nací una dama -explicó-; era solo una chica muy pobre de
Pozzuoli” , el pueblo cerca de Nápoles en el que creció. Y ahora, pese a
su espectacular físico y a estar consagrada como una leyenda viva del
cine italiano, asegura que no se ve como un “icono de estilo” .
“Cada vez que leo que dicen algo así me quedo muy sorprendida” ,
reflexionó, antes de ahuecar con movimientos precisos y algo de picardía
su melena caoba. Y continuó: “No lo sé, quizá represento el símbolo de
la mujer de hace un tiempo, una madre, una familia, un trabajo, muy
ligada a un núcleo familiar” .
El de la familia fue un tema muy presente durante toda la rueda de
prensa, en la que admitió que uno de los papeles más difíciles de su
vida ha sido interpretar este año a su propia madre, Romilda, en una
miniserie para la televisión italiana inspirada en la vida de los
Scicolone.
“Intenté ser tan correcta como pude, dar sentimiento a ese papel. Fue
uno de los papeles más difíciles para mí emotivamente” , señaló la
actriz italiana, que ha recogido innumerables premios durante una
carrera de seis décadas, entre ellos el Oscar en 1961 por “Dos mujeres”
de Vittorio de Sica.
Aunque quizás se embarque en una continuación de ese telefilme, la
actriz indicó no tener “ni idea” de sus próximos proyectos: “Depende de
las historias que te ofrezcan, por supuesto de la edad y de si el papel
encaja” .
Y entre risas, añadió: “¡Yo todavía no sé que voy a hacer cuando sea mayor!” .
Pero también dejó claro que para ella, que pasa buena parte del año en
Suiza apartada de las cámaras, en la vida hay mucho más. “La vida es
bonita y no es solo hacer películas. Es sacar lo que tengas dentro, lo
que hagas con la familia, con los niños… tantas otras cosas bonitas
sobre las que la gente habla muy poco” .
La estrella italiana cerró su presentación en Tokio entre aplausos y con
una recomendación: “Si realmente quieres algo en la vida, tienes que
tratar de alcanzarlo cada vez que te levantas por la mañana. Si no es
hoy, quizá será mañana. O quizá nunca. Pero a veces eso pasa. Y es lo
que hice” .