Ovacionan por más de dos minutos a Mayagoitia

Ciudad de? México.- Conmovido hasta las lágrimas, el actor Alberto Mayagoitia agradeció la ovación que por más de dos minutos le brindó el público al término del monólogo “Mi Cristo roto”.Asimismo, el actor, con casi 30 años de carrera artística, anunció que en agosto próximo su monólogo formará parte de las actividades paralelas de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, España.”Es, sin duda, el evento más importante de la Iglesia Católica en el año, al que asistirá el Papa (Benedicto XVI). No sé si vaya a ver ‘Mi Cristo roto’, pero a estas alturas ya nada me sorprende”, dijo Mayagoitia.El protagonistas de telenovelas como “Pobre juventud” y “Luz y sombra”, entre otras, se conmovió cuando el público se puso de pie y le aplaudió su emotividad y vehemencia al interpretar el monólogo en la primera de dos funciones que ofrecerá en el Teatro Independencia, con Motivo de Semana Santa.”Gracias, mil. Han sido 10 años maravillosos de representar ‘Mi Cristo roto’, pues siempre había soñado con hacerlo en mi pueblo y en un Viernes Santo, y aquí estoy ahora”, expresó visiblemente emocionado.Agradeció el apoyo de Gerardo Quiroz, productor teatral, del personal de este espacio escénico y de sus colaboradores que lo han acompañado a lo largo de este periplo.Convocó a los asistentes a invitar a sus amigos y familiares a presenciar este sábado a las 19:30 horas, la última función del monólogo “Mi Cristo roto”, y de paso se despidió recordándoles que siempre hay un teléfono “rojo” en casa y que hay que responder a ese llamado de auxilio del prójimo; además, pidió convertirse en la mano derecha de Jesús para darle ayuda.Por otra parte, dijo que espera que le agradezcan el que se dedicará a hacer un monólogo de esta naturaleza, pues hay quienes son escépticos y reacios a creer que un actor se dedique a participar en obras de corte religioso.”Desde hace tiempo me erigí en Paladín y defensor del medio artístico, quien le dice a todo el mundo que hay un montón de gente decente, y que aunque hay una gran y creciente industria que se dedica a ensalzar el lado oscuro de la farándula, existe gente buena en el medio”, aseguró.Lamentó que la gente se entere solamente de cosas malas, “sin embargo, no todos somos parte del clan Sergio Andrade o Niurka, en el medio artístico hay quienes creen en Dios y reconocen a Jesús como el Salvador, y que rigen su vida conforme a sus designios”, agregó.Durante una hora y 50 minutos, dividido en dos actos, Alberto se entregó en el escenario para representar “Mi Cristo roto”, una obra literaria del sacerdote Ramón Cué, adaptada por el actor.Sin más artilugios que su capacidad actoral, en un escenario en el que hay solamente un escritorio, una silla, una laptop, un teléfono, una lámpara, un atril, entre otros objetos, Mayagoitia atrapó la atención del espectador.La adaptación teatral parte de dos libros escritos por el padre Ramón Cué, S.J. derivados de sus aprendizajes y aventuras con el Cristo roto, pieza que le compró a un anticuario en Sevilla, España.Alberto encarna al padre Ramón, y la obra se desarrolla en la oficina del sacerdote durante los momentos en que escribe los libros.”‘Mi Cristo roto’ constituye una experiencia reflexiva maravillosa. Deja sembrados en los corazones de quienes la viven, sentimientos como el perdón, el amor al prójimo y la solidaridad. Nos enseña cómo hacer más llevadera la cruz que todos cargamos”.Durante las casi dos horas, Mayagoitia viaja mediante una reflexión espiritual con diversos cuadros escénicos. En el primer acto: “Comprando cristos”, “Dios tiene mano izquierda”, “Se ha perdido una cruz”, “Mi Cristo roto de casa en casa” y “Cristo organiza su oficina”.En el complemento de la obra escenifica “El equipaje de Cristo”, “Maniobras de Cristo en un carrazo” y “¿Quién te rompió la cara”, para finalizar con un acompañamiento multimedia en una pantalla lateral que le ha servido de apoyo audiovisual al actor durante la puesta en escena.Al término de la función, el protagonista de la obra se reunió en el lobby del teatro con algunos espectadores, a quienes firmó un libro, un video y un CD sobre “Mi Cristo roto”, que adquirieron momentos antes.