EU.- Estas son las últimas navidades que Melania Trump pasará en la Casa Blanca. De hecho, no será hasta el próximo 20 de enero cuando el polémico matrimonio abandone para siempre la casa presidencial que durante los últimos cuatro años se ha convertido en uno de sus tantos hogares.
Evidentemente bastante diferente al que le entregaron los Obama en 2017 en el que, pese a todo, todavía se conservan algunas tradiciones que ni siquiera alguien como el actual presidente ha logrado eliminar bajo su mandato.
Por ejemplo, la de que la Primera Dama sea la encargada de elegir personalmente la decoración con la que adornar la Casa Blanca durante la Navidad.
·En esta ocasión hubo decenas de abetos adornados con guirnaldas de luces, muchas flores rojas de pascua, colgantes con los clásicos motivos invernarles, algún guiño que otro a las costumbres de vida tradicionales de su masa electoral… En resumen: una temática de apariencia amable y bonita pero que carece de toda personalidad.
Recordemos las decoraciones navideñas de la primera dama durante sus 4 años en la Casa Blanca:
Decoración 2017
Bajo el nombre de “Tradiciones honradas con el tiempo”, la primera decoración de la familia Trump destaca también por un homenaje al compositor ruso Pyotr Ilyich Tchaikovski y su Cascanueces, con el que se rememora a la primera ornamentación temática de la Casa Blanca, escogida por Jacqueline Kennedy en 1961.
Decoración 2018
Hace dos años, la decoración que la esposa de Trump eligió para su primera Navidad en la Casa Blanca desató una serie de críticas al ser catalogada por muchos como una de las más “tétricas”.
Melania Trump cubrió los pasillos de la Casa Blanca con el tema patriótico “Tesoros estadounidenses” que reconoce el “patrimonio único” de Estados Unidos.
Decoración 2019
La temática se reflejaba en diferentes adornos, como barras y estrellas, pequeñas banderas estadounidenses colgadas de los árboles, los colores escogidos para algunos de los árboles o menciones a todos los estados que componen su nación.
Melania no arriesgó tanto y apostó por una decoración más tradicional, con predominio de los tonos blancos y dorados, pero igual de impresionante y espectacular, absolutamente maximalista. El lema del año a la decoración navideña de la casa blanca era “El espíritu de América”.
