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Guanajuato en el Festifolk Sinaloa

Mostrando lo prehispánico, música en vivo con percusiones, vestuario de colores, y precisión en sus bailes, en el TPV

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Culiacán, Sin.- El Ballet Folclórico de la
Universidad de Guanajuato, lleno de rica bellísimos atavíos de corte
prehispánico y danzas que recrean diversas festividades mestizas de ese bello
estado, dejando un grato sabor a boca, para el FestiFolk Sinaloa 2013, en el
Teatro Pablo de Villavicencio.
La
clausura, al término de la presentación de los guanajuatenses, se realizó en un
acto presidido por Olimpia Chávez Arce, directora de la Compañía Folclórica
Sinaloense, que celebró con este festival su trigésimo aniversario, en un acto
breve y emotivo el que entregó un reconocimiento a Roberto Martínez, director
del grupo visitante.
Durante
casi dos horas, este ballet de corte internacional, sorprendió al público con
la impactante riqueza visual y auditiva de sus coreografías, entre ellas la
Danza de Corporación Azteca, que acompañada con tambores de todo tipo y
caracolas, nos muestra a príncipes y princesas aztecas bailando una ceremonia
al Sol, con los temas Caracol de guerra,
Danza del maíz y El xipe, en
escenas enérgicas, con vistosos trajes de regios plumajes.
El
público aplaudió cada uno de los pasajes y celebró esa fiesta de los sentidos,
y terminó de pieza festejando con los danzantes que hacían sonar sus tenabaris
y sus sonajas.
Otro
gran momento fue cuando trajeron al escenario la Danza del Torito, de Silao,
Guanajuato, en la que al son del tambor y la flauta diversos personajes tratan
de atrapar y torear a un torito, que los pone en huida a todos. Ante la
victoriosa fiera desfilan EL Charro, El Caporal, La Maringuia, La Borracha, El
Moco ?una especie de catrín-, El Viejito, y finalmente El Diablo y La Muerte,
todos ataviados  con trajes grotescos y
con máscaras.
Los
personajes se mezclan constantemente con el público, lo ponen a bailar,
molestan a los remolones, y crearon una gran algarabía en el teatro, hasta que
la muerte puso en paz a los revoltosos matando al Torito, al Caporal y cada
uno, pero el Diablo se le oculta entre el público que lo delata, pero como de
la Calaca nadie se escapa, hasta el Diablo caminó.
El
espectáculo abrió con la vigorosa Danza
de Indios Broncos, acompañada con percusiones, que recuerda las belicosas
tribus chichimecas de la región, con piezas como Fuego adentro y El borrachito.
En
la Fiesta de la Santa Cruz (de
Yuriria, Guanajuato) recrean, al son de la Danza
de los Paloteros, una festividad con raíces misioneras en la que
representan a moros y cristianos luchando entre sí, al modo de algunas
comunidades indígenas que hacen estas representaciones religiosas.
Le
rindieron un homenaje al compositor guanajuatense Juventino Rosas con los valses
Flores de México y Sobre las olas, al recrear la época
porfirista, con la celebración de una boda entre la hija y el hijo de dos ricos
hacendados, desde que solícitas damas visten a la novia, a la boda y baile en
la casa del patrón.
 En Sones
y jarabes de Guanajuato, vestidos con trajes chinacos del siglo 19 y las
bailarinas como chinas, recrean danzas como Los
barreteros, Jarabe guanajuatense, El mosco y el Jarabe gatuno, entre cuartetas que se lanzan los bailarines.
Y
otra pieza, ya más reciente, es la Topada
en la Sierra Gorda, de Xichú, Guanajuato, con los sones arribeños Los poetas, La Rosita y La presumida, en la que los bailarines
recrean huapangos y sones de esa región de la sierra guanajuatense.
Con
ello concluyó este Festival, que pretende ser un punto de encuentro entre los
grupos de danza folclórica del estado y del país.
 WM

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

Liz Douret

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