Estados Unidos. La 97ª edición de los Premios Oscar 2025 fue testigo de una película que no solo destacó por su increíble animación, sino por su poderosa narrativa visual. “Flow”, una obra dirigida por el letón Gints Zilbalodis, hizo historia al convertirse en la ganadora del Oscar a Mejor Película de Animación, superando a producciones de gran presupuesto como The Wild Robot y Del revés 2.
Este filme cautivó tanto a niños como adultos con su emotiva historia, que sigue a un pequeño gatito gris oscuro en su lucha por la supervivencia tras una devastadora inundación.
Lo más impresionante es que la película no utiliza diálogos, logrando transmitir sus profundos sentimientos a través de impresionantes imágenes, manteniendo al espectador con el corazón acelerado y los ojos fijos en la pantalla. La falta de palabras no fue un obstáculo, sino una herramienta poderosa para conectar con el público de todas las edades.
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Con una animación que combina técnicas innovadoras y el uso de software de código abierto, “Flow” se alzó como un ejemplo de lo que puede lograr la animación independiente. El trabajo de Gints Zilbalodis fue aclamado por su capacidad para transmitir emociones a través de su detallado arte, llevando a la película a obtener dos nominaciones en los Premios Oscar 2025: Mejor Película de Animación y Mejor Película Internacional.
Un dato que sorprendió aún más fue que “Flow” no solo conquistó la categoría de Mejor Película de Animación, sino que se convirtió en la primera película animada sin audio humano en ganar un Oscar. Esta distinción subraya la universalidad del cine, donde las imágenes son el lenguaje más poderoso.
La categoría estaba llena de competidores fuertes como Intensa Mente 2, Memorias de un caracol, Wallace & Gromit: La venganza se sirve con plumas y Robot salvaje. Sin embargo, Flow logró destacarse por su narrativa única y su capacidad para emocionarnos sin decir una sola palabra.
