Bogotá, Col.- El actor colombiano Lizardo Díaz quien falleció el
jueves a los 84 años, es recordado por sus seres queridos y el público,
como un gran ser humano “que nunca dejó de tener ese chiste del momento
cuando se encontraba con sus hijos y sus amigos”.
El actor, quien alcanzó fama como “El compadre Felipe” del dúo cómico musical
“Los Tolimenses”, perdió la vida en su casa, rodeado de su esposa e
hijos, y escuchando música clásica y colombiana, tras luchar contra una
hidrocefalia.
La familia del artista, cuyos restos mortales quedarán en el Cementerio
Jardines de Paz, destacó el gran ser humano que lo caracterizó,
inclusive la armonía, chispa y carisma que proyectó siempre.
“Nunca dejó de tener ese chiste del momento con sus hijos y sus amigos”,
expresó su esposa Raquel Ércole, quien añadió: “Siempre sus palabras
eran de bendición y agradecimiento”.
Por su parte, Patricia Ércole, hija del extinto artista compartió que su
padre conservó hasta el último momento su buen humor: “Siempre estuvo
totalmente vigente su gracia. Era impresionante.
“En una ocasión nos impactó a todos. Le estábamos poniendo los santos
óleos, porque estaba muy grave, con sus ojitos cerrados y toda la
familia en oración, y de pronto abre los ojos y dice: ?¿Y dónde está el
muerto?’, como diciendo yo sigo vivo y estoy aquí. Entonces, todos nos
mirábamos y no sabíamos si atacarnos de la risa o qué”.
En las declaraciones que recoge la versión digital del periódico “El
Tiempo”, Patricia destacó el buen estado de ánimo y salud que siempre
denotaba su papá: “Nunca dijo que estaba mal, cuando la gente le
preguntaba, respondía ´muy bien´. Nunca dejó de sonreír. Esos ojos
azules lo miraban a uno plenos. Nunca dijo estoy mal, nunca hubo una
queja.
“Eso nos impacta y nos deja una lección muy grande: de un amor por la vida y por todos los seres que lo rodeamos”.
Por otra parte, en diversos portales que abordan la vida de Lizardo, el
público manifiesta su pesar por la muerte del artista, con comentarios
que destacan el gran legado que dejo a Colombia, así como el ser “auténtico”.
WM
