Moscú.- El director de la Compañía de
Ballet del Teatro Bolshói de Moscú, Serguéi Filin, evoluciona
favorablemente de las graves quemaduras que sufrió en la cara y los ojos
después de ser atacado con ácido, informaron las autoridades rusas.
“Serguéi Filin ha sido trasladado de la unidad de cuidados intensivos a
una habitación normal. Los médicos destacan que se encuentra estable y
su recuperación avanza según lo previsto”, dijo a la agencia Interfax
Alexéi Lévchenko, asesor de la viceprimer ministra rusa, Olga Goledets.
Agregó que en esta etapa las tarea más importante es “el restablecimiento total de la vista” del reconocido maestro del ballet.
Levchenko indicó que de momento no se estudia la posibilidad de de que
Filin, de 42 años, sea trasladado a una clínica belga, como han señalado
varios medios informativos rusos.
“Efectivamente, en Bélgica hay un muy buen centro para atender a
quemados, pero aquí también tenemos todas las condiciones para
proporcionarle a Serguéi Filin el tratamiento que necesita”, dijo.
El director del Ballet del Bolshói fue atacado al filo de la madrugada
del viernes en un aparcamiento en el centro de Moscú, donde una persona
no identificada le roció la cara con ácido, destacó un despacho de Efe.
Los compañeros de Filin en el legendario teatro ruso, uno de los más
importantes del mundo, relacionan el ataque con la actividad profesional
del maestro en la compañía de ballet.
“Serguéi siempre estuvo amenazado, desde que asumió el cargo. Antes de
su llegada también eran presionados sus predecesores. Nunca habíamos
pensado que la guerra por los papeles, no por el petróleo o propiedades,
pudiera llegar a esos extremos criminales”, lamentó la jefa de prensa
del Bolshói, Katerina Nóvikova.
Los colegas de Filin recuerdan que alguien pinchó las ruedas de su coche en la víspera del ataque.
Además, aseguran, la víctima era objeto de constantes llamadas telefónicas amenazantes.
La polémica y los escándalos persiguen al Teatro Bolshói, la perla de
las artes escénicas rusas cuyo legendario escenario principal estuvo
cerrado por obras durante seis años y reabrió en octubre de 2011.
La remodelación se vio salpicada por acusaciones de corrupción y
conflictos urbanísticos, que incluso obligaron a la fiscalía rusa a
abrir una investigación sobre la presunta malversación de fondos
públicos.
Tampoco la reventa se ha ido nunca de las taquillas del Bolshói y las
entradas al teatro se agotan en minutos para acabar en manos de los
especuladores, que las revenden a precios desorbitados.TJ