Redacción.- Así como la trágica experiencia de Lucila Mariscal con las cirugías reductivas implicó para ella una enseñanza de autoestuima, el caso de Lyn May también deja un mensaje, según explica la vedette al referirse a los cirujanos charlatanes.
“En México desgraciadamente por ganar dinero la gente hace de todo y
sin saber, pero no piensan en el daño que le hacen a la gente”,
dice la vedette quien fue timada por una mujer que nunca recibió un
castigo por el daño que le causó al inyectarlo aceite de bebé en el
rostro.
May pasó varios años sin verse al espejo. Fue en 2010 cuando luego de la intervención del doctor César Cruz, Lyn May lmejoró su imagen y pudo mirar su rostro.
Otras víctimas
En 1997 Lucha Villa se sometió a una liposucción, pero
en plena cirugía cayó en un coma que le provocó daños neurológicos
irreversibles y sufrió daños en sus cuerdas bucales. En 1994 la vedette Rosy Mendoza se practicó una cirugía para modelar su abdomen por recomendación del autonombrado “cirujano de las estrellas”, Fermin Villar Peraza, mejor conocido como Ángel del Villar, sobre quien comenzaron a caer demandas en 2004.
Aunque Lucía Méndez niega haberse practicado más de una
cirugía en el rostro, son evidentes las secuelas de las operaciones que
no prolongaron su belleza.
Al final, parece natural que al librar la muerte, cada una encuentre un mensaje. Lucila Mariscal lo encontró en la fe: “Me acerque a Dios, me ayuda a sobrellevar la vida como me la dejó el demonio, porque el demonio es el que hace lo malo”.
Para evitar a los “charlatanes”
El médico Porfirio Castillo Campos, cirujano plástico
certificado 718, Premio Nacional de Cirugía 1987 (otorgado por la
Academia Mexicana de Cirugía) advierte que la Asociación Mexicana de
Cirujanos Plásticos tiene como dato a unos cinco mil “cirujanos charlatanes” en nuestro país.
Indica que para ser cirujano plástico se necesita terminar la carrera de
medicina, luego hacer un posgrado en cirugía general y posterior a éste
otro en cirugía plástica. “Estamos hablando de seis años de posgrado además de los de la carrera de medicina”, enfatizó.
El presidente del Colegio de Cirujanos Plásticos, Estéticos y de Reconstrucción, Miguel Ángel Parra Esquivel,
alertó recientemente sobre usurpadores que se avalan con una cédula que
se llama maestría en cirugía estética, impartida por la “Escuela de Estudios Superiores en Medicina” y que consta se imparte los fines de semana durante dos años y el resto por internet.
“Hay personas haciendo cirugías que ni médicos son o son médicos
generales, lo que no es suficiente para poder realizar estos
procedimientos”, señaló el doctor Castillo.
Y refirió puntos a considerar cuando se piensa en una cirugía plástica:
1. Revisar que sea un cirujano plástico certificado por el Consejo
Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva; en su página de
Internet.
2. Hay gente que tiene la especialidad y no está registrada, las
personas deben cerciorarse de que son cirujanos plásticos y que la
cédula corresponda a la identidad del médico.
3. Exigir una evaluación preparatoria con un cardiólogo internista y una
vez que se estableció que no hay riesgos puede hacerse el
procedimiento.
4. Toda cirugía tiene sus riesgos pero si se toman los estudios
preparatorios necesarios esos riesgos se disminuyen para el paciente.
Añadió que para el caso de Alejandra Guzmán existe un
procedimiento llamado Laserlipolisis (lipoescultura láser) con el que ha
tratado a pacientes a quienes les han inyectado materiales extraños y
con eso ha resuelto el problema. “Es una fibra óptica que destruye ese material, lo desintegra”, explicó.
CHG
