Ciudad de México.- Aunque el cine de horror y
sadomasoquista tiene un público cautivo, la realidad dentro de la
industria mexicana deja ver que ciertos prejuicios morales, por parte de
la mayoría de inversionistas, detienen producciones de ambos géneros
por considerarlos inapropiados o un tipo de cine minoritario.
Y es que, en cuanto al cine de terror, ?solo se aprueba alrededor de 5
por ciento del presupuesto de la 226 para el género, por lo cual es
imperante hacer una revisión del estímulo fiscal, quizá sea conveniente
hacer un apartado para el cine de este género?, dijo Víctor Ugalde, en
entrevista con ¡hey!
?Los contribuyentes no saben analizar una película de terror,
prejuzgan temas como el que la hija mate a su madre, ven mal el sexo en
estas historias, aunque una premisa del género es que siempre matan a la
mujer que tiene sexo y sobrevive la virginal?, añadió el guionista y
presidente de la Sociedad Mexicana de Directores y Realizadores de Obras
Audiovisuales.
Ugalde considera urgente que se realice un cambio al estímulo fiscal
226, pues ?los contribuyentes no son especialistas en cine? y aunque
?son los que pueden pagar 20 millones para soportar parte del
presupuesto de una película, no confían en el género, pero se debe
encontrar la forma?.
La medida llegaría en buen momento para realizadores y amantes del horror como Agustín El Oso
Tapia y Rigoberto Castañeda, al igual que para Cristian González, padre
del cine sadomasoquista en México que dio forma a historias como Las esclavas del sadismo o Cumbia cachonda.
?Son géneros que no se toman en serio en México, pero esto es culpa
de los machos y las madres que hacen machos, no somos un pueblo erótico.
Son estigmas que vienen con la religión y el miedo a lo desconocido,
pero si algo tengo en mi cine es que los personajes cogen, no hacen el
amor?, comentó el director de 93 películas eróticas y sadomasoquistas.
Y aunque ?la moral pequeño burguesa es tremenda? la tecnología ?ha
hecho la revolución al dar impulso al video y el regreso del VHS. La
gente tiene la posibilidad de elegir este tipo de videohome para ver en la intimidad?, añadió González.
Es así como ciertas salas comerciales y circuitos underground
permiten que estas historias lleguen a su destino con gran éxito; de
hecho, ?es donde se han movido trabajos muy interesantes?, dijo Agustín
Tapia.
?Es un problema de la industria a nivel nacional, es complicado
producir una película de por sí, pero muchos no tienen acceso a grandes
presupuestos y por eso surgen estos caminos?, añadió Tapia, realizador
de El club de la eutanasia, quien también participó en Cartas a Elena como actor.
Sumado a los prejuicios de los inversionistas, Agustín explicó que la
falta de apoyo se debe también a que algunos productores ?consideran
que estas historias hacen apología de la violencia, la maldad o lo
demoniaco. También piensan que no pueden ir a festivales de arte o
autor?.
De cualquier forma, este tipo de historias han encontrado un camino
directo al espectador, sin embargo cientos de ellas aún esperan en papel
por su realización, como Lázaro, una película del cineasta Rigoberto Castañeda que aplicó por un estímulo fiscal que le fue negado. NE
Discriminan al cine de terror y sado inversionistas en México
Pese a la demanda que tienen las historias de horror y sadomasoquismo, distintos realizadores consideran que los contribuyentes de la industria en este país prejuzgan ambos géneros.
Fuente: Internet