Madrid.- La chaqueta de cuero que luce
ahora Brandon Flowers, el presumido y atildado líder de The Killers, no
es casual: es el símbolo del paso del pop al rock americano de su nuevo
disco, Battle Born, que sale a la venta mañana en España y que supone el regreso de la banda cuatro años después de su anterior trabajo.
El cuarteto de Las Vegas concibe cada disco como una reacción al anterior. Es así desde que en 2004 impactaran con Hot Fuss, por el que fueron considerados como la mejor banda británica de Estados Unidos.
En 2006, respondieron con Sam’s Town, en el que reivindicaron
sus raíces americanas. De los colores estridentes y el maquillaje se
pasó al chaleco, la camisa estilo western y el blanco y negro.
La banda ganó en glamour con la chaqueta con plumas en las hombreras que llevaba Flowers y que fue la imagen de Day and Age
en 2008. Con ayuda de Stuart Price, el hacedor de la Madonna que arrasó
en las discotecas, el grupo cambió en busca de un pop bailable con
influencias de los ’80 que tuvo como bandera el single Human.
Tras seis años de gira y con más de 15 millones de copias vendidas en
todo el mundo, llegó el momento de hacer una pausa de 18 meses como
grupo, lo que no impidió que tres de los cuatro componentes trabajaran
en discos en solitario. El más exitoso, el de Flowers, que con Flamingo (2010) adelantó mucho de lo que ahora se escucha en Battle Born.
¿Es el cuero y el rock su traje definitivo? “Es nuestro disco más
fuerte. Estamos empezando a sentirnos más cómodos siendo lo que somos”,
aseguró Flowers en una entrevista con la revista NME.
Battle Born es un nuevo giro, con los riesgos que entraña. “Las
personas necesitan a veces tiempo para acostumbrarse a nuestros
cambios”, afirmó a la agencia dpa Flowers.
“Es muy diverso y estamos orgullosos de ello”, dijo el guitarrista Dave
Keuning sobre el disco, que cuenta con hasta cinco afamados productores.
Quien busque en Battle Born un Human o temas para quemar las suelas en la pista puede olvidarlo. Sí encontrará himnos que electrizarán estadios (Flesh and Bone, Battle Born), baladas de manual (Here with Me y Be Still), éxitos pop (Rising Tide) y temas de rock que recuerdan a Bruce Springsteen (The Way it Was, Runaways).
También muchos momentos pensados para el directo, donde The Killers
brillan. Con su ambición indisimulada, saben que en los conciertos es
donde se pueden ganar un hueco entre los grandes de la historia
aprovechando la pausa de U2 y colándose entre el estilo meloso de
Coldplay y el estridente de Muse.
El hilo conductor de Battle Born, nombre del estudio de la
banda en Las Vegas y emblema de la bandera del Estado de Nevada, es la
“ciudad del pecado” y toda la melancolía, romanticismo, glamour y
epopeya que generan en las letras de Flowers el desierto y las luces de
neón.
“Puede deprimir porque la mayoría de las personas no ganan, pero me
alimento de la energía de la gente que llega a Las Vegas con brillo en
los ojos, no de los que vuelven a casa con la cabeza baja”, aseguró a
dpa Flowers, decidido a que su nombre se asocie a la ciudad del juego
como los de Elvis Presley y Frank Sinatra.
Además de por su voz, Flowers ya es conocido por sus letras. En Battle Born
insiste en mezclar los mensajes de autoayuda, la esperanza, el amor
puro, romántico y el desencanto por el paso de los años y los sueños
incumplidos. El cantante, mormón, abstemio y padre de tres hijos con
sólo 31 años, usa el escenario como púlpito desde el que adoctrinar e
inspirar.
Tras una pausa, The Killers vuelven más maduros. Recuperan la senda rockera de Sam’s Town sin olvidar el sintetizador y las influencias ochenteras. Ahora visten de cuero y jeans. Y se sienten cómodos, reseñó Dpa.NE
