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Conquistan las arpas y los instrumentos de viento a la Ollin Yoliztli

Instrumentos de viento y arpas fueron protagonistas de "Sinfonía de instrumentos de viento" y "Sinfonía en tres movimientos", del ruso cosmopolita Igor Stravinski; y "Concierto para dos arpas y orquesta", del mexicano Armando Luna.

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Redacción.- Dentro de la Temporada de Conciertos 2013, la Orquesta Filarmónica de
la Ciudad de México (OFCM) presentó, el fin de semana pasado Sala
Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY)– una
recepción concertina singular en la interpretación de composiciones de
Igor Stravinski (18621971) y Armando Luna (1964).
 
Instrumentos de viento y arpas fueron protagonistas de “Sinfonía de
instrumentos de viento” y “Sinfonía en tres movimientos”, del ruso
cosmopolita Igor Stravinski; y “Concierto para dos arpas y orquesta”
(Pavana Lachrimae, Tango, Cadenza I, Vals fúnebre, Chacona, Scherzo,
Elegía, Burlesca, Cadenza II, Sarabanda, Toccata), del mexicano Armando
Luna.
Conformidades musicales con elementos contrapuntísticos
stravinskianos de reflujos y halos neoclásicos; y ánimo ecléctico de
preponderante colorido rítmico propio del idiolecto del compositor
chihuahuense Armando Luna. El dúo de arpas Sondos (Mercedes Gómez y
Janet Paulus) atildó el recital con sus pulsaciones de franco
virtuosismo.
Tiempo 1. “Sinfonía de instrumentos de viento”. (Estrenada en 1920;
revisión definitiva, 1947) Las flautas proponen el motivo melódico que
se interrumpe con los silbos de trombones y trompetas. Diálogo
instrumental de toda la sección brass en acuciantes superposiciones y
paralelismos de digresiones sonoras contrastadas.
Pieza dedicada al músico francés impresionista Claude Debussy (1862
1918), Igor Stravinski confesó: “He realizado una obra que es un gran
canto, un grito objetivo de instrumentos de aliento, en vez del cálido
sonido humano de las cuerdas”.
Ejecutada por los 23 alientos de la OFCM, se hicieron evidentes los
acentos agresivos de una composición de matices rasos: zigzag en “blanco
y negro”. Sin desproporción, con aprovechamiento del staccato (frases
breves con cortes abruptos) y cambios sucesivos de ritmos. “Puro objeto
sonoro”, advertía Stravinski.
Indiscutible la presencia en esta obra de elementos concluyentes que
definen la modernidad musical de Occidente en continuidad de la
propuesta del mismo Debussy en el “Preludio a la siesta de un fauno”
(1894).
Tiempo 2. “Concierto para dos arpas y orquesta” (2010). Once danzas
de un concierto-suite de heterogénea disposición en representaciones
armoniosas renacentistas (pavana, chacona), reflujos de son jarocho,
huapango, jazz, tango y rock; aires neoclásicos de reverberaciones
haydnianas y frunzas de Bartók: esta pieza sorprende por los acuses
rítmicos y sus concordias de prosodia irreverente.
El dueto Sondos recalcó el albedrío cromático de un discurso sonoro
de conjunciones lúdicas de pródigas referencias intertextuales: Pavana
solemne, Tango en discordancias, Chacona en proporciones discordes,
Cadenzas solazadas, Sarabanda blanda/etérea, Toccata de animosa
irradiación, Scherzo sandunguero/bizarro/jazzístico, Elegía en
disonancias riesgosas y Burlesca de apuntes rockeros.
Presencia de dos arpistas cómplices que supieron abordar con maestría
los contrastes de una obra sorprendente que el público aprobó con
aplausos fervorosos. La presencia de Armando Luna en el recinto prolongó
el palmoteo en reboses afectivos hacia el músico norteño.
Encore de Sondos de una pieza del paraguayo Carlos Salcedo que hace
referencia a algunas disposiciones del guitarrista estadounidense John
Williams.
Tiempo 3. Vuelta de Stravinski con “Sinfonía en tres movimientos”
(1946): pieza que el autor de “Pretrushka” prefería llamar “Tres
movimientos para orquesta”. Ciertos visos descriptivos (“Impresiones
cinematográficas especificas de la guerra”) que por momentos hacen
recordar la sonoridad de Duke Ellington (1899 1974) y ciertas
transiciones parkerianas/gillespieianas/goodmanianas.
Allegro (Primer movimiento) de cautelosa propensión sonatina,
Andante-interludio (Segundo movimiento) de contrastantes figuraciones
neoclásicas y Con moto (Tercer movimiento) de marcado carácter
programático que la OFCM aboca con acusadas inflexiones cromáticas,
elocuente diálogo de piano y arpa (fuga final de inusitado y hermoso
discurso intermitente y fragmentado en aventurada conformidades),
extendidas armonías y brioso lirismo instrumental.
Percibimos al conductor José Areán enaltecido frente a la obra de un
compositor cardinal del Siglo XX, quien deletreó diferentes estilos
(romanticismo tardío, impresionismo, primitivismo, neoclasicismo,
dodecafonismo, serialismo, contrapunto, jazz…), y a una OFCM crecida y
categórica. Cerrada ovación de un público satisfecho.
Se anuncia para el próximo fin de semana (sábado 23 y domingo 24 de
febrero) obras de Wagner y Lutoslawski bajo la batuta del director
artístico José Areán. Vaya banquetes que la Secretaría de Cultura de la
Ciudad, mediante la convocatoria de OFCM, prepara todos los fines de
semanas para los amantes de la música de concierto. Enhorabuena.NE

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

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