Ciudad de México.- Una serie oscura, compleja, con interpretaciones brillantes,
ambientación en su punto y tramas que enganchan por lo inteligente de la
narración es Boss. La serie inicia su segunda temporada a partir de
hoy, con un episodio doble, mejor dicho pasada la medianoche, 12:15 am
del sábado. Este drama genial ofreció en su primera temporada lo
que para muchos será una serie para recordar, todo un clásico que
muestra en la ficción el escenario político del vecino país del norte.
En tan sólo ocho capítulos, los escritores no dejaron de sorprender con
sus líos en los que involucraron sexo, dinero, mafia, líderes
carismáticos, medios masivos de comunicación, etcétera. El rol
del alcalde Tom Kane fue realizado de manera excelente, Kelsey Grammer
ha hecho quizás el rol de su vida en Boss porque refleja lo que para
algunos estadounidenses significa la democracia. La historia sólo
refleja un espectro en el ámbito local en el gran municipio de Chicago,
Illinois. De lo más sobresaliente en la elaboración de la serie son sus
escenarios, los protagonistas y la ágil trama que mantuvo el interés en
la audiencia. Los personajes en su entorno familiar y político
están también muy bien logrados, como por ejemplo el jefe de gabinete,
un tipo al que nada se le escapa, y posee todos los medios para obtener
lo que sea, al precio que sea. También la jefa de prensa de Kane, Kitty
O?Neill interpretada por Kathleen Robertson quien es una mujer
atractiva, genial, bellísima, inteligente, rápida y más fría que un
iceberg, aunque cuando a ella se le antoja introduce la cuota de sexo
caliente que deleita en la serie. El centro de la trama giró en
torno al enorme poder que Tom Kane acumuló durante tanto tiempo y
comienza a derrumbarse, él trata de mantenerlo con toda clase de métodos
y argucias. Sus enemigos se agruparon y aprovecharon sus
oportunidades. Los líderes de las minorías negra, latina, hispana, con
excepción de los chinos, se unieron a los poderes fácticos blancos. Un
escándalo de tipo medioambiental creó la ocasión. A esto se suma que a
Kane le llegó una enfermedad degenerativa sin curación, (algo parecido a
los males de Parkinson y el de Alzheimer combinados, pero aún más
grave), que lo hace cometer errores que empeoran su situación vital. La
enfermedad degenerativa de Kane, que al comienzo de la serie mostraba
síntomas graves en aumento, al parecer desaparece o se detiene en los
últimos capítulos. Lo cual, por cierto, permite su recuperación en el
poder. Tal enfermedad debería ?volver? en la segunda temporada, y
derribar a Kane o quizás no. Esta ficción nos enseña un mundo
brutal, cínico y corrupto de lo que en Chicago llaman política. Es muy
cierto que así sea local o internacional, la política nunca nos
terminará de asombrar en la televisión.TJ
”Boss” regresa esta noche
La producción busca hacer válidos los pronósticos que la señalan como serie de culto
Fuente: Internet