México.- Es el mismo derechazo del título mundial. El que Rocky Marciano utilizó para noquear a Jersey Joe Walcott cuando iba perdiendo la pelea y que le representó conquistar el cetro de los pesados en mítica noche del 23 de septiembre de 1952.
Ese golpe ya se encuentra en la inmortalidad de una escultura de resina de poliéster y fibra de vidrio. Un figura colosal confeccionada por manos de artistas mexicanos para recordar al único monarca de los pesos completos que se retiró invicto.
“Seleccionamos aquel golpe porque fue una imagen que pasó a la historia
en las personas que lo vieron ganar su título mundial. Primero pensamos
en la pose de vencedor con los brazos abiertos, pero al final nos
inclinamos por esa postura tan representativa”, detalla Mario Rendón,
artista plástico encargado de moldear la efigie de Marciano, al lado del
también escultor Víctor Gutiérrez.
Ambas manos capitalinas fueron las elegidas por el Consejo Mundial de
Boxeo para rendirle el tributo a una de las leyendas del boxeo mundial.
El Marciano de colosas dimensiones se encuentra en la parte final de su
confección, que tendrá como destino la ciudad de Brockton,
Massachusetts, la tierra que vio nacer al que fuera campeón mundial a lo
largo de seis afrentas titulares.
“Estoy emocionado por la obra, porque este monumento es ir al pasado.
Viajar a aquellos momentos en la historia del boxeo en los que Rocky
Marciano revolucionó al mundo. Todos querían ganarle, pero nadie podía”,
destaca José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial.
Marciano inició como beisbolista. Pero fue en las constantes peleas por
situaciones sobre el diamante que se dio cuenta de su talento nato para
los golpes, aunado a su falta de fuerza para lanzar la pelota.
Fue en el ejército de Estados Unidos en donde aprendió el arte de los
golpes. Ahí pasó tres años hasta que decidió inclinarse por el boxeo de
paga. Desde su debut como profesional el 17 de marzo de 1947 se destacó
por la potencia de sus puños y sus constantes victorias por nocaut.
Al final de su carrera fueron 43 victorias por la vía rápida, de un
total de 49 ganados en igual número de peleas sostenidas. Nunca probó la
amargura de la derrota y es una marca que ningún campeón de pesos
completos ha igualado.
Tan legendario fue su recto de derecha como su estilo agazapado y el que
saliera avante ante rivales evidentemente más fuertes y con mejores
técnicas boxísticas. No obstante, dejó su porcentaje de nocauts en un
87.75 por ciento.
Su última pelea la realizó ante Archie Moore en el Estadio de los
Yanquis de Nueva York, para colgar los guantes de forma definitiva en
1955. Falleció en un accidente de avioneta en Iowa, un 31 de agosto de
1969, a un día de cumplir los 46 años.
Ese legado lo quieren perpetuar Rendón y Gutiérrez, para lo cual han conjuntando sus dos maneras de entender a la escultura.
“Lo más difícil ha sido el poder concretar un concepto. Es un trabajo
que nos llevó cerca de tres años. Ya después ha sido sólo plasmar. Un
escultor habla mejor con las manos”, destaca Rendón, quien inició su
obra a principios de este año.
Los artistas se han basado en diversas fotografías de Marciano. Así
también se han valido de dos pugilistas locales de la colonia Escandón
como modelos de carne y huesos. Se planea que el 23 de septiembre el
mejor golpe de Rocky luzca en las calles de Brockton por la eternidad.
in
