Guadalajara, Jal.-
La sonrisa todavía brilla al recordar el Clásico del sábado pasado. La victoria por 3-1 sobre el América, en el Estadio Azteca, mantiene el paladar con un dulce sabor. Parece interminable. El Rebaño Sagrado desborda alegría. Y en el plantel, un elemento tiene un motivo extra para celebrar.
Fue campeón del mundo Sub-17 en Perú 2005. Su carrera en Primera División comenzó en cuanto regresó al país. Chivas lo debutó muy rápido. Algunas lesiones han interrumpido su continuidad. Hoy, Omar Esparza celebra que en el duelo ante las Águilas llegó a 150 duelos disputados en el máximo circuito (fase regular y Liguilla).
“Es una cifra importante en lo personal, sabemos que queda mucho camino
por delante, quiero cumplir muchos partidos más. Es algo muy importante
para mí, después de las lesiones que he tenido, que he dejado de jugar
varios partidos en algunos torneos, llegar a ese número no es tan fácil y
menos en este club”, expresa el futbolista rojiblanco.
El destino, dice, le deparó un marco ideal para llegar a esa cifra. El Estadio Azteca ha vibrado al ritmo del Guadalajara. Ahí, en la catedral del balompié mexicano, “El Negro” vivió una doble felicidad.
“Yo creo mucho en eso. Me siento contento porque se haya dado el
triunfo, celebrar que coincida con una cifra de 150 partidos es todavía
mucho más grato. Estaré esta semana tranquilo y contento, con estos dos
grandes resultados”, añade.
Tiene apenas 24 años de edad. Es muy joven. Pero la cifra alcanzada habla de un hombre con experiencia en la Primera División y le obliga a reflexionar sobre lo hecho hasta el momento. Su carrera tiene ya momentos para recordar.
“Hay muchos muy importantes, pero el más significativo ha sido el
campeonato en el 2006, me tocó jugar un rato en la final, son partidos
importantes. Claro que hay muchos más, como el del debut. Me siento
contento de pertenecer a este club y con esa cantidad de partidos”,
sentencia el lateral derecho.
Campeón del mundo y un título con Chivas. Omar Esparza ya conoce las
mieles del triunfo. El sábado pasado tuvo el más reciente episodio de
algarabía deportiva, al ganar el Clásico frente al América. Pero saber
que por delante queda mucho camino.
“Hay que seguir trabajando, esforzándome, teniendo esa dedicación y
profesionalismo para conseguir más partidos. A veces uno no se fija
tanto en las cifras, pero sí es padre. Por ejemplo escuchas a compañeros
que tienen 300 ó 350 juegos o ?Lucho’ (Pérez) que tiene más de 400
partidos”, concluye Esparza.IN
