México, DF.- El presidente Adolfo López Mateos realizó un esfuerzo importante para
albergar los primeros Juegos Olímpicos para México, convirtiéndose en
el primer país no desarrollado en organizar una justa olímpica.
Lamentablemente
la lucha para asumir toda la responsabilidad de los Juegos no fue
suficiente, ya que la capital del mariachi se perdería la oportunidad de
conciliar la lucha contra la discriminación y sembrar los sueños de los
deportistas con discapacidad.
Los Juegos Paralímpicos de
1968 quedaron al margen de la celebración olímpica mexicana. La falta
de organización y el poco interés de difusión trasladaron el evento
hasta Tel-Aviv, Israel.
En la tercera edición de los
Juegos se incrementó el número de países participantes, dando un total
de 29 naciones con 750 deportistas. Mismos que deslumbraron con sus
actuaciones, sobre todo la delegación española, quién debutó con
medallas olímpicas.
Israel no solo preparó todo para
adoptar las disciplinas paralímpicas, también se alistó para presentar
instalaciones a los nuevos deportes, entre ellos; baloncesto femenil, la
prueba de 100 metros y el lawn bowling.
Con esto los
terceros Juegos paralímpicos se disponían con diez disciplinas, sumado
al fantasma de la utopía mexicana por inclinar un poco la balanza a la
no discriminación social.