Cancún, Q. Roo.- Llegó unos minutos después de
empezado el entrenamiento del Atlante. Un modesto auto blanco, lentes obscuros
y el peculiar bigote que siempre lo ha acompañado hacían el anuncio de su
presencia en el estadio Andrés Quintana Roo.
Ahí, Ricardo Lavolpe prefirió el
silencio. ?No hablo nunca antes de los partidos, porque nunca lo he hecho?,
sentenció contundente a los medios presentes. Prefirió en cambio charlar con
sus jugadores, alguna veces bromear con ellos.
El fantasma de la polémica rodeaba al
técnico argentino. Sus jugadores salían a decir que existe, pero el estratega
del Atlante nunca dijo palabra alguna con respecto a su rivalidad que parece
eterna con Hugo Sánchez Márquez, estratega que tendrá como contrincante este
domingo.
Hizo ejercicios del parado táctico y
jugadas a balón detenido. Por lo que llegó a trascender jugará con Jorge
Villalpando como guardameta y Francisco Fonseca acompañará a su nuevo refuerzo
Esteban Paredes en el eje del ataque para hacerle frente a los reforzados Tuzos.
La gesticulación tipica de Lavolpe no cambia pese a los años. Se dirige con el
mismo énfasis hacia sus dirigidos para que las cosas salgan como a él le parece
mejor. Los regaña y les enseña el camino con el acento sudamericano que tiene
muy marcado.
Sus pupilos sólo asienten y siguen las indicaciones. Ricardo Antonio se la pasa
perfeccionando su maquinaria azulgrana que debe caminar ante los Tuzos. Para
eso anima a los Potros que le obedecen.
De Hugo Sánchez, ni de ningún tema
habla. Lavolpe prefiere el silencio antes de medirse al ?Pentapichichi?.
Se va con un pizarra y un dejo de molestia porque sabe que el fantasma de la
polémica parece que no lo dejará en paz nunca.
WM
