Culiacán, Sin.- Cada día al irse a trabajar, Rosalía dejaba en el taller de bicicletas a su pequeña hija Yarely, un reconocido taller en Culiacán, en el cual trabajaba don Enrique Vázquez, por el Constitución y Paliza; era tan inquieta la ahora olímpica que desde los 4 añitos tuvo su primera bicicleta y de ahí en adelante al ir creciendo las armaba para ir a competir, hasta hacer su sueño toda una realidad: asistir a unos Juegos Olímpicos.
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Éder Griñán le apoyó y luego emigró al CNAR, pero no sin antes ser apapachada por sus tíos Manuel y Enrique Vázquez, quienes desearon que Yarely logre una medalla en Tokio.
“Cuando estaba en vida mi padre, él decía: Yarely va a ser algo y sabía que iba a clasificar a los Juegos Olímpicos y desde arriba nos está dando la verdad, fuerza y mucho deseo de lograr una medalla olímpica”, destacó Manuel.
“Porque Yarely, siempre fue inquieta, armó una bicicleta ahí en el tallercito a los 4 o 5 años de edad con mi papá, con su abuelo don ‘Kiki’ Vázquez, hoy Yarely está en unos Juegos Olímpicos, y cosa increíble que 50 años después su nieta logra dos boletos olímpicos”, resaltó Enrique.
Cabe precisar que Yarely Salazar Vázquez, logró lo que nunca ningún deportista de México ha logrado: darle dos plazas olímpicas al país en las pruebas de Ómnium y de Ruta, mismas que esperan les sean respetadas para que pueda asistir a competir en ambas en los Olímpicos de Tokio.