México.- Aunque para muchos parecería que la diabetes es una enfermedad asociada
con el sobrepeso, la realidad es que muchos deportistas de alto
rendimiento conviven con ella a diario y lo han hecho a lo largo de la
historia.
La diabetes y el deporte de alto rendimiento no son ajenos uno al otro.
Por el contrario, muchos atletas han demostrado que se puede sobresalir
en cualquier disciplina y dejar en un segundo renglón la enfermedad que
hoy padecen cerca de 10 millones de personas en México.
Por ejemplo, el quarterback titular de los Osos de Chicago, Jay Cutler, es uno de los casos más emblemáticos que en los últimos años se han revelado. El egresado de la Universidad de Vanderbilt
fue diagnosticado durante la temporada de 2008 con diabetes tipo 1,
luego de perder 15 kilos y sentirse extremadamente agotado en los
entrenamientos y partidos que disputó. Cutler sufría de malestares
físicos y esto lo orillaba a estar frecuentemente de mal humor y
constante conflicto con sus compañeros. Se le llegó a etiquetar como un
jugador problemático y egoísta.
Pero después de visitar a su médico y atender su enfermedad, los números de Cutler mejoraron, al punto que fue seleccionado al Tazón de los Profesionales
en el mismo año. Como él mismo ha señalado en entrevistas, su vida tuvo
un cambio radical. Ahora despierta y se va a dormir con el conocimiento
de sus niveles de azúcar, pero controlando su salud.
Adam Morrison, quien en 2006 fue la tercera selección global del Draft
de la NBA es otro de los deportistas profesionales que conviven con la
diabetes. Morrison, que actualmente juega en el Besiktas de Turquía, fue
diagnosticado a los 14 años con la enfermedad. En ese momento pensó que
sus aspiraciones de enlistarse en algún equipo universitario se venían
abajo. Sin embargo, una dieta acorde a sus necesidades calóricas y baja
en azúcares y grasas ha hecho que su vida continúe casi con normalidad,
como señala Juan Carlos González López, especialista en medicina interna
del Hospital La Raza.
“Los deportistas de alto rendimiento deben seguir las mismas
recomendaciones que las de una personas normal, estas medidas giran en
torno al ejercicio y a la dieta, obviamente, la dieta está ajustada al
esfuerzo de cada disciplina”.
“Una persona no deportista de alto nivel consume 2,100 calorías al día,
mientras que un deportista profesional dobla o triplica la cantidad.
Entonces no importa la cantidad de calorías que consumas, si no las que
quemas”, dijo el especialista.
Dentro de los más emblemáticos deportistas que ha tenido el mundo y que
han padecido la enfermedad se encuentra el tenista estadounidense Arthur
Ashe, quien ganó cinco torneos de Grand Slam.
El boxeador de peso pesado Joe Frazier fue otro de los grandes
deportistas que supo compaginar la diabetes con su actividad
profesional, sin que sus capacidades atléticas se vieran mermadas. Fue
medallista de oro en los Olímpicos de Tokio 1964 y en su carrera
destaca el triunfo sobre el legendario Muhamed Ali.
En el deporte olímpico, el nadador Gary Hall, quien ganó 10 medallas en tres ciclos, también la padeció.
A pesar de que la obesidad es uno de los mayores detonantes de la
diabetes, la enfermedad también se puede presentar debido a
antecedentes familiares, como fue el caso de Morrison y Hall.IN