De la Rosa va por la revancha en Grandes Ligas

Scottsdale, Arizona.- Después de un año arruinado por una lesión en un dedo de lanzar, el zurdo mexicano Jorge de la Rosa, quien se perfila como el segundo en la rotación de los Rockies de Colorado, espera mejor fortuna en 2011. Y ahora más que nunca cruza los dedos para que esta campaña no tenga contratiempos, luego de recibir un contrato por dos años y 21.5 millones de dólares por parte de Colorado. “Lo que más deseo es no volver a vivir la pesadilla de las lesiones”, dijo De La Rosa a la AP. “De lo demás uno se encarga trabajando duro”. De La Rosa, de 29 años, se rompió un tendón del dedo medio de la mano de lanzar al comienzo de la pasada temporada, en momentos en que registraba marca de 3-1, con 3.91 de efectividad. Lo notable del pítcher oriundo de Monterrey era que desde el 1 de junio del 2009 hasta que se lesionó acumulaba foja de 19-4 luego de comenzar ese año con seis derrotas al hilo. Al final de la temporada del 2009, De La Rosa también se vio afectado por una molestia en la ingle. De La Rosa regresó en julio para terminar su temporada del 2010 con marca de 8-7 y efectividad de 4.22. Los Rockies no lo pensaron mucho en amarrarlo por dos años, después de registrar foja de 34-24 con 434 ponches en 81 apariciones y 75 aperturas para Colorado. Una apuesta bien pensada si se toma en cuenta el valor de su brazo zurdo en la rotación. “Es un brazo que Colorado no podía perder”, comentó el mexicano Vinicio Castilla, quien trabaja para la gerencia y sirve de consejero en los entrenamientos de primavera en el club con el que se destacó como jugador.”Quizás Jorge y Ubaldo Jiménez hacen el mejor 1-2 en cualquier rotación de la Liga Nacional”, agregó. De repetir Jiménez su tremenda temporada del año pasado (19-8, 2.88) y De La Rosa vivir un buen año sin contratiempos, esta dupla le dará excelentes dividendos en la lomita a unos Rockies que abrieron en grande su chequera en el receso con el objetivo de llegar lejos en el 2011. De La Rosa asegura que Jiménez es su mejor amigo en el equipo, pero lo que no sabe el mexicano es si tiene el puesto seguro como segundo en la rotación. “A mí no me han dicho nada y eso no me inquieta”, manifestó. “Lo mío es estar listo para cuando me llamen y hacer bien el trabajo”. “Repito que lo que más espero es estar bien para responderle al equipo”, enfatizó. “No me importa en qué lugar esté”. Jiménez considera a De La Rosa como “uno de los mejores lanzadores zurdos de las Grandes Ligas. Es difícil encontrar a un pítcher así que tire duro y tenga todos los pitcheos”. “Él y yo somos como hermanos. No sólo somos compañeros de equipo, nos damos consejos; cuando necesitamos ayuda estamos allí uno para el otro”, aseguró el dominicano y as de Colorado. Para De La Rosa no fue fácil sus comienzos en las Grandes Ligas. Después de su modesto paso por los Cerveceros de Milwaukee en 2004-05 y los Reales de Kansas City en 2007, el mexicano aterrizó en Colorado y logró sus primeras 10 victorias contra ocho derrotas y efectividad 4.92. “Éste fue un ambiente muy diferente. Me sentí muy bien”, expresó. “Además, aquí encontré la ayuda y los consejos de Castilla, que es un orgullo para nosotros los mexicanos”. Tremendas tertulias picantes se forman en la casa club entre De La Rosa, Jiménez y Castilla, que suele visitarlos al término de los entrenamientos. De La Rosa, que no parece muy relajado y se pone nervioso cuando se le entrevista, es otra cosa en la loma, en las prácticas y en su amistad con Jiménez y Castilla. “Él (Castilla) es como mi hermano mayor”, afirma con una sonrisa.