Río de
Janeiro.- ?Entre lo sublime y el ridículo solamente hay un paso?, dijo Napoleón
Bonaparte al mariscal Joachim Murat, ante la derrota y la retirada de la
batalla perdida en Waterloo, Bélgica, la tarde del 18 de junio de 1814,
rindiéndose y marcando el fin del imperio francés.
Las
palabras del emperador las hizo suyas Fréderick Salibá, corresponsal de Le
Monde de París, al ver la actuación de un futbolista que, según la FIFA, hasta
el 6 de julio de 2014, había sido considerado el mejor jugador del vigésimo
Campeonato Mundial.
El 28 de
junio, en juego de octavos de final contra Chile, ese rubio de 1.90 de
estatura, número 4 de la selección de Luiz Felipe Scolari, central del Chelsea
de Inglaterra, marcó dos tantos que, impecables y determinantes, provocaron
inmensa ilusión en la ?torcida?.
El
primero en ese encuentro de infarto fue a los 18 minutos del juego, y el otro
en la serie de penales, concluyendo su actuación como goleador al dar el
triunfo a Brasil, el 4 de julio, en el 2-1 ante Colombia, para avanzar a la
semifinal contra Alemania.
Hasta
ahí, defendiendo y atacando, las actuaciones de David Luiz Moreira Marinho
habían sido sublimes; pero el ridículo llegó en la despedida del cuadro
anfitrión al aceptar el segundo gol de Holanda, que tuvo en Daley Blind al
atacante que, con Giorgino Wijnaldum, envió a Brasil a un cuarto sitio.
Cuatro
años antes, convocado para actuar en el décimo noveno torneo mundialista en
Sudáfrica 2010 ?en el cual no jugó ni un minuto, viendo a sus compañeros desde
la banca- David Luiz volvió a su país, aterrizó en el Benfica portugués y entró
al estrellato del balompié europeo.
Nacido en
Diadema, suburbio de Sao Paulo, el 22 de abril de 1987, con una adolescencia
complicada y precaria, probó suerte como medio recuperador en el Vitória de
Bahía, sustituyó a un central y se quedó con el puesto, destacando por su juego
aéreo, estatura, presencia física y técnica depurada.
En 2007
ya estaba en las águilas lisboetas ??soy benfiquista eterno?, dijo-,
distinguiéndose como un muchacho alegre, comunicativo, atento, fotogénico,
mediático, bien parecido, elocuente, popular entre los tuiteros con tres y
medio millones de amigos en las redes sociales.
Fue la
pareja frecuente de Thiago Silva en los llamados de ?Felipao? a la selección:
primero en el certamen sudafricano y, por supuesto, titular antes, durante y
después de la Copa Confederaciones 2013, cuando Brasil se coronó con un 3-0
sobre España.
Con ellos
en el campo, la seleçao tuvo un porcentaje de triunfos del 85 %, reducida al 50
% cuando no estaban, y seguramente por eso, al llegar la hora soñada, el 12 de
junio de 2014, fecha inaugural de la Copa del Mundo Brasil 2014, tuvieron
excelente desempeño ante Croacia, a pesar del autogol de Marcelo y la ayuda
arbitral.
Después,
por la lesión de Neymar y las actuaciones irregulares de Fred en la delantera,
Brasil tuvo que encomendarse a David Luiz y Thiago Silva, con la orden de
?Felipao? de tirar de lejos -marcaron dos goles a Colombia-, ordenar al cuadro
y dar pases largos a ?Hulk? y Óscar, seguro de que ambos serían los líderes en
el partido contra Alemania en Belo Horizonte.
Sin
embargo, recuerda Fréderick Salibá, ocurrió lo contrario: la zaga hizo agua,
convirtiéndose en algo irreconocible que, inerme, defraudó antes de la media
hora de transcurrido aquel juego histórico por su resultado, cuando la nación
entera esperaba la victoria y el arribo a la final en el estadio de Maracaná.
David
Luiz Moreira ?quien había anunciado que ?esta Copa del Mundo no se nos escapa?-
lloró sin parar, mostrando una imagen lastimosa al mundo y dando la razón a
Napoleón Bonaparte y también a Rinus Michaels, inventor del ?futbol total?,
autor de otra frase célebre.
?El
futbol ?dijo el técnico holandés- es el deporte más bello y engañoso que
existe?, en palabras que debe aprender David Luiz en su futuro desempeño en el
París Saint Germain, junto a Thiago Silva, para integrar la dupla de centrales
más cara de la historia del futbol moderno.IN
David Luiz fue de lo sublime a lo ridículo en Brasil 2014
Con actuaciones magistrales, luego fue la imagen de la inoperancia de Brasil
Fuente: Internet