Río de Janeiro, Brasil.- La bandera olímpica fue llevada al Complexo do Alemao, el mayor conjunto de favelas de Río de Janeiro,
donde fue recibida entre música y aplausos por autoridades locales,
miembros del Comité Olímpico Brasileño (COB) y un millar de vecinos.
El emblema del movimiento olímpico volvió a Río de Janeiro, tras pasar
ayer por Brasilia, para ser mostrado a los habitantes del Complexo de
Alemao, zona ocupada por el Ejército y la Policía en 2010 tras un
violento enfrentamiento con los narcotraficantes que dominaron esa
barriada durante décadas.
La insignia llegó el lunes pasado desde Londres a la ciudad que será
sede de los XXXI Juegos Olímpicos de 2016, los primeros que se
celebrarán en América del Sur.
Durante la ceremonia se izó una réplica del emblema junto con la bandera
de Brasil, y el gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral,
destacó “el símbolo” que supone traer la bandera al Complexo do Alemao,
considerado aún uno de los núcleos más violentos de la ciudad.
“Traer aquí la bandera es mostrar que Río acabó con el concepto de
ciudad dividida. Hoy las favelas forman parte de la ciudad. La bandera
que recorrió el mundo está en el Alemao. ¿Quién lo diría?”, afirmó
Cabral rodeado de periodistas y vecinos de la barriada.
El Complexo do Alemao, situado en la zona norte de la ciudad, está
formado por una docena de favelas que al crecer sin control ni
planeamiento urbano durante años, han quedado unidas formando un tupido
paisaje de casas bajas multicolores de precaria construcción.
El evento acompañado de una orquesta municipal y otra de niños de la ONG
Afroreggae, que trabaja en ésta y otras favelas, contó con la presencia
del presidente del COB, Carlos Arthur Nuzman, y atletas medallistas que
participaron en los Juegos de Londres.
Cabral y Nuzman acercaron la enseña original, que permanecía resguardada
en un maletín, a los centenares de niños que asistieron al acto.
Los infantes, en medio de la algarabía, no dudaron en palpar con sus
manos el emblema, contrariando así las normas del protocolo del Comité
Olímpico Internacional (COI) que prohíben tocar la bandera de seda
asiática, hecha para los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, sin guantes.
La insignia, tras pasar hoy por el populoso barrio de Realengo,
permanecerá expuesta en el Palacio de la Ciudad, una de las sedes de la
alcaldía, hasta finales de este año.
Más adelante será trasladada a un “Pabellón Olímpico” aún en
construcción y en el que serán presentados todos los proyectos de
infraestructura relacionados con los Juegos.
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