Algarrobo, Chi.- La navegante mexicana Galia Moss anunció hoy en Chile el fin de su etapa de velerista en solitario, una vez que termine la travesía por las costas de América Latina que realiza en la actualidad.En su velero “El más mejor II” y con el embajador de México en Chile, Mario Leal, como capitán circunstancial, y con el Agregado Naval, contralmirante Alfonso Flores, Galia dijo a Notimex que dejar las travesías en solitario no significa el fin de su vínculo con el mar.Mientras la nave se mece entre olas de dos a cuatro metros de altura, mar adentro frente a Algarrobo, al suroeste de Santiago, la intrépida mujer afirma que le quedan aun algunas ilusiones marinas y desafíos: cruzar el Cabo de Hornos y navegar el Mar de Cortés.Tampoco significa abandonar su intención de hacer realidad otros proyectos sociales, tales como la reconstrucción de la Nao China, el velero mercante que unía Calcuta con México, para el transporte de productos para Europa, y convertirlo en un centro educacionalGalia se prepara en este puerto deportivo, a 120 kilómetros al sur de Santiago, para iniciar el domingo la etapa final de su travesía “Vuelta a América Latina por la Educación”, un proyecto que une navegación y acción social a favor de niños desposeídos de su país.Galia Moss zarpó de Xcaret, en la Riviera Maya, el 6 de noviembre de 2012, y deberá llegar a Acapulco en junio o principios de julio próximo, para completar 14 mil 500 millas náuticas, unos 29 mil kilómetros de navegación.Apoyada por el proyecto “Solo levanta la mano”, que agrupa a tres fundaciones benéficas mexicanas -Ara, HSBC y Lazos-, la velerista suma millas náuticas que canjea por dinero para apoyar a niños de sectores modestos.Por cada cinco millas que navega Galia, “Solo levanta la mano” apadrina un niño en un colegio de sectores pobres -de la educación fiscal- y entrega 250 pesos mexicanos para sus útiles y otras necesidades.El balance hasta el día de hoy, dice Galia, son mil 500 niños apadrinados por la navegación hasta Buenos Aires, además de la ayuda en infraestructura para las escuelas de los sectores más pobres (una por cada mil 800 millas de navegación).Pero enfrentar el mar, la soledad, las exigencias de la navegación, las incertidumbres, no es fácil, aunque Galia ha demostrado su coraje y preparación física y anímica para hacerlo, aun ante las tormentas o la calma chicha.Por eso, el proyecto de navegar el Cabo de Hornos quedó “solo postergado”, luego que una tendinitis la tuvo dos meses detenida en Buenos Aires, periodo durante el cual, sin embargo, navegó cada semana promoviendo su causa y el nombre de México.El cabo de Hornos, en el extremo sur del continente, es un desafío que debe ser enfrentado en otra temporada, en condiciones físicas óptimas y por lo menos con dos tripulantes, advirtió.Para Galia, el mar es su ámbito natural y sabe leer las nubes, las olas, el cielo y las estrellas, y la dirección y fuerza del viento, ayudada claro -son tiempos modernos- por una buena carta de navegación, GPS satelital y adecuados sistemas de comunicación.Y para cuando intentan asomarse las inquietudes y las preocupaciones, tiene una caja de 600 cartas de los niños que reciben la ayuda y se recarga de energía, o ve algún programa de televisión grabado en su computador.”En días difíciles, yo las leo y la verdad es que es muy bonito. Yo creo que es lo mas bonito. Muchas veces, cuando ya no puedo, si hay mucho frío o hay tormenta, cuento millas, cuento niños… y vamos por más”, concluye “tomando de nuevo la caña” rumbo a sus objetivos.YRM
Anuncia velerista mexicana fin de su etapa de navegante en solitario
La intrépida mujer afirma que le quedan aun algunas ilusiones marinas y desafíos: cruzar el Cabo de Hornos y navegar el Mar de Cortés.¿
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