Ciudad de México.- ¡No aprendemos! Durante el partido de la semifinal de “ida” entre Cruz Azul y Rayados de Monterrey por la Concachampions, nuevamente la afición hizo sentir el grito homofóbico en la cancha del Estadio Azteca, donde el árbitro sinaloense César Arturo Ramos Palazuelos, hizo bien en acatar las indicaciones del organismo y detener las acciones.
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Rayados le estaba dando un baile a la Máquina Celeste, por lo que los aficionados frustrados de ver a su equipo en esa situación, cada vez que despejaba el portero Esteban Andrada, estos gritaban el grito discriminatorio.
El árbitro de Culiacán, Sinaloa, al escuchar que la afición no hacía caso, este detuvo las acciones y mandó a los equipos a sus respectivos vestidores, con el riesgo de suspender el partido y dar ganador a los Rayados.
Es por eso que la Concacaf aplaudió la decisión de Ramos Palazuelos y se dijo decepcionada por los aficionados de Cruz Azul, a través de sus redes sociales.