Culiacán, Sin.- Fue el 8 de septiembre del 2018 cuando Sinaloa se posicionó ante los ojos del mundo, y no fue por la violencia, sino por algo extraordinario.
Tras 32 años de no haber visitado México, la máxima leyenda mundial del futbol, Diego Armando Maradona, llegaba a Culiacán a dirigir el equipo de Los Dorados.
Su llegada generó mucha expectativa, por la importancia del nombre del argentino en el universo entero, y, también por los excesos en la vida de quien este 25 de noviembre cumple el primer aniversario de muerte.
En su arribo a la capital sinaloense, el “Diez” estaba ya convertido en un “gigante torpe”, como lo describe el diario El País, había ganado algunos kilos y también había librado la muerte por una sobredosis.
“Quiero darle a Dorados lo que me perdí cuando estaba enfermo. Hoy quiero ver el sol, quiero acostarme de noche”, expresó Maradona en la primera entrevista ante los medios locales, nacionales e internacionales.
Ya instalado en la ciudad cuyos fanáticos esperaban mucho de él, en medio de un escenario en el que el club deportivo estaba en la media tabla en la Liga de Ascenso MX, el astro dio mucho de qué hablar; el primero asunto fue el rumor que rápidamente corrió por las redes sociales acerca de que los vecinos de La Primavera no querían tenerlo de inquilino por el pasado que lo perseguía; ante ello, estuvo viviendo en un conocido hotel en el centro de la ciudad.
Después fue el millonario contrato que El Diego firmó para estar en la dirección técnica por 11 meses; de acuerdo a Récord ganaría alrededor de 150 mil dólares por mes, lo que daría un pago total de 1.6 millones de dólares durante su estadía.
Otro de las cosas por las que “el pelusa” estaba envuelto de misterio era su carácter, ya que había quienes lo describían como una persona complicada al trato, sin embargo, y según lo relató Ocyé Leal, publirrelacionista de Dorados en entrevista a la revista Quién, aseguró que tuvo una relación de complicidad y cercanía con los jugadores, quienes siempre se dirigían a él con respeto.
Su llegada fue como una inyección de vitalidad para el equipo, sin embargo, no fue suficiente para que alcanzaran el anhelado triunfo.
En el 2019, tras cumplirse 9 meses de los 11 establecidos en el contrato, y luego de que el equipo perdiera la gran final frente al San Luis, renunció justificando motivos de salud, pues tenía que viajar a Argentina para someterse a las cirugías de rodilla y hombro.
“Le estoy haciendo un mal a Dorados y por eso me voy, no hay marcha atrás, pero me quedaría a vivir en Culiacán”, dijo en la que fue una de sus últimas entrevistas.
Luego de su fugaz paso por el estado, el cual habría llenado de esperanza y fama a la capital, y tras volver a su natal Argentina, fue el 25 de noviembre del 2020 cuando el personaje conocido en el mundo del futbol por “La mano de Dios”, falleció a causa de una insuficiencia cardíaca crónica que derivó en edema de pulmón; sus últimos momentos los vivió en su casa de tigre, en la provincia de Buenos Aires.
La vida y la muerte de Diego Armando Maradona siguen siendo polémicas, pues fue hace apenas unos días cuando se reveló que su cadáver había sido enterrado sin corazón ante el riesgo de que sus seguidores decidieran sacarlo de su tumba para tomar con sus manos el órgano y guardarlo como un recuerdo.
