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Guasave, Sin.– Se cumplen 11 años de la peor catástrofe agrícola que ha sufrido el estado de Sinaloa: la helada del 2011, justamente fue un viernes 4 de febrero, cuando la temperatura bajó hasta los -4 grados, y quemó todos los cultivos del valle del noroeste.
Quienes vivieron la catástrofe, lo recuerdan como un “viernes negro”. Socorro Castro Gálvez, productor hortícola de Guasave, con los ojos llenos de lágrimas, lo describió como un día terrible, de locura, pues no daban crédito ver cómo los cultivos amanecieron escarchados, a punto del congelamiento, y conforme pasaban las horas, el valle cambió a color café, con un olor a rama seca y deshidratada.
“Un viernes negro, 4 de febrero. Todos los agricultores no lo podíamos creer, en la mañana todavía no se veía el gran daño, inclusive muchos agricultores estaban diciendo: parece ser que no pasó nada, pero a como transcurrían las horas, ya era un valle completamente café, con olor a plantas secas; fue un día terrible para el valle de nosotros, fue un día muy mal”, recordó.
Era una tristeza, refirió Castro Gálvez, que todavía al ver todo perdido, había productores que metían riegos y amoniaco, tratando de salvar lo insalvable.
Lo que les ayudó fue la pronta respuesta del gobierno federal y que había agua disponible para la resiembra, que como nunca los valles volvieron a ser verdes en julio y agosto, destacó el horticultor.
Castro Gálvez sostuvo que ahora las condiciones son distintas con la falta del vital líquido, que de caer un fenómeno como en el 2011, no habrá mucho que hacer.
Con la amarga experiencia que dejó la catástrofe, comprobaron que, en la agricultura, el productor sólo pone el 20% y el clima predomina con el 80%; a 11 años, muchos no han logrado reponerse, siguen tropezando económicamente.